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Reportaje:SUDÁFRICA 2010 | PARAGUAY

El aliento de Cabañas

El ejemplo de su delantero, que se recupera de un disparo de bala en la cabeza, espolea al conjunto albirrojo

El ardor guerrero siempre ha sido un elemento instalado en la genética paraguaya. Los guías turísticos en Asunción o el más profundo rincón del inmenso Chaco glosan la historia de su país, encajonado entre Brasil, Argentina y Bolivia, y víctima de devastadores conflictos bélicos que han forjado un carácter nacional instalado sobre orgullosos valores de sacrificio y resistencia. Los héroes nacionales de hoy son futbolistas y visten de albirrojo. Pero el ejército del técnico Gerardo Martino también está contagiado de ese legendario espíritu combativo. El máximo goleador paraguayo de la fase de clasificación fue, con seis tantos, Salvador Cabañas.

El Chava parece un gordito poco ágil a simple vista. Pero tras su robusta figura se esconde una roca, un futbolista inteligente y un delantero extremadamente preciso e intuitivo ante el gol. No está en Sudáfrica. Se encuentra en una clínica de rehabilitación en Buenos Aires. En enero, tras disputar un partido con el América, acudió a un local nocturno de la capital mexicana en compañía de su mujer. Allí se cruzó con José Jorge Balderas, alias El JJ. Un delincuente relacionado con el narcotráfico que, por motivos no esclarecidos, le disparó un tiro en la cabeza al futbolista. Los médicos lograron salvar milagrosamente la vida de Cabañas, pero una bala del calibre 22 quedó alojada en su cerebro. El dramático episodio conmocionó a todo Paraguay, elevando al capitán de su selección a la categoría de héroe nacional. Los reclamos publicitarios de uno de los patrocinadores de la selección dan fe de ello.

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En uno de esos anuncios televisivos que Cabañas grabó antes del tiroteo, aparece ataviado como un mariscal de campo del siglo XIX. "¡Yo no llegué acá para morir en octavos, ni en cuartos de final. Yo quiero más. Paraguay quiere más!", vocifera Cabañas. Una escena que parece recrear las cruentas batallas que el ejército paraguayo libró contra las fuerzas de Brasil, Uruguay y Argentina, financiadas por el imperio británico entre 1864 y 1870: la guerra de la Triple Alianza. Un conflicto que acabó con tres cuartas partes de la población paraguaya. En otro anuncio, Cabañas navega al timón del barco de guerra que lleva a la selección a Sudáfrica. "¡Vamos de frente, sin miedo. A escribir páginas de gloria!". "¡La raza paraguaya es vencer o morir!", le contesta la marinería, los compañeros de equipo. Esa vitamina espiritual inspira a la selección de Martino en Sudáfrica.

Un cuadro de Cabañas con su uniforme de mariscal preside la concentración de Paraguay en Pietermaritzburg. El martes, sus compañeros le dedicaron la histórica victoria a su capitán. "Esto va para vos, Chava. Siempre vas a estar con nosotros", dijo Nelson Valdez, mientras el técnico Gerardo Martino sollozaba a su lado. Y hay otro emotivo anuncio de Cabañas. Esta vez no grita. Solo mira a la cámara y un rótulo habla por él y por siete millones de paraguayos: "Transpiren la camiseta como nunca. Úsenla con gloria".

Gerardo Martino, en el entrenamiento de ayer de Paraguay.
Gerardo Martino, en el entrenamiento de ayer de Paraguay.AP

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