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"Ha sido un robo, este es el Mundial de las mentiras"

La colonia portuguesa de Madrid se queja del árbitro tras su eliminación

Daniel Castresana

Era la frase más repetida ayer en el local en el que cerca de 300 portugueses se juntaron para ver el España-Portugal de octavos del Mundial: "Ha sido un robo". "España no va a ganar ningún partido más", aseguraba Carlos, un luso de 24 años que lleva dos viviendo en Madrid. Su amigo Vasco iba más allá: "Alemania, Argentina, España... este es el Mundial de las mentiras. No entiendo por qué Blatter no hace nada cuando estamos aquí sufriendo".

La tarde había comenzado de manera muy distinta para estos y otros jóvenes portugueses, que antes de que la sala Living abriera sus puertas ya aguardaban, cerveza en mano, el comienzo del encuentro. Mientras liaba un cigarrillo con tranquilidad, Carlos reconocía que Portugal no tiene tan buen equipo como en otros campeonatos recientes y aseguraba, resignado, que contra España tendrían que jugar a la contra. Vasco, sin embargo, se mostraba mucho más optimista. "No me gusta el centro del campo que va a sacar España, pero ganaremos, seguro", afirmaba.

Igual de convencido se mostraba Fernando, el organizador del evento. Preguntado por cómo veía a Portugal, respondía sonriente: "Ganando". Hasta ayer, convocaba a sus compatriotas en una sala más pequeña, pero dada la afluencia esperada para el choque ante España -unas 300 personas-, decidió trasladar el evento a un local mayor.

Antes de que arrancara el encuentro, la sala se convirtió por momentos en la grada de un estadio de fútbol. Los portugueses, bufandas y banderas en alto, corearon su himno a pleno pulmón. Los nervios empezaron en cuanto el balón comenzó a rodar. Cada robo, cada pase, cada amago de contragolpe, era jaleado con furor por casi todos los presentes. Cada intervención de Cristiano Ronaldo se vitoreaba como si la estrella del Real Madrid estuviera jugando de blanco y en el Bernabéu.

Con el paso de los minutos, los gestos se fueron torciendo, pasando de reflejar esperanza a mostrar frustración. Manuel, un portugués de 29 años que lleva cinco meses viviendo en Madrid, no paraba de gesticular y negar con la cabeza. "Los dos son equipos muy fuertes. Cualquiera puede llegar a la final", decía en el descanso, cuando el marcador todavía reflejaba un empate a cero. "Portugal ha estado mejor en la primera parte. Veo muy bien a Cristiano Ronaldo, está trabajando para el equipo", remataba. También Vasco vio mejor a su selección en el arranque del partido: "España toca mucho, pero Portugal llega más, es más vertical".

Tras el descanso, mientras el cronómetro corría y la selección española se hacía con el balón y las oportunidades, empezaron a verse las sonrisas nerviosas de quienes empiezan a ceder al pesimismo. Y entonces llegó el polémico gol de Villa. Lo que en directo despertó dudas, repetido desató la indignación. A partir del tanto, cada decisión arbitral levantó las iras de los presentes e hizo llover los insultos, que alcanzaron su punto máximo cuando el colegiado pitó el final, certificando la eliminación de Portugal. "No es justo, no es justo", se oía una vez tras otra, mientras la mayoría de los portugueses abandonaba el local.

La actuación arbitral dejó mal sabor de boca a los lusos, pero casi todos reconocían que, en general, España había sido mejor. "No han ganado por el árbitro", decía Manuel, que a partir de ahora apoyará a La Roja, "sin ninguna duda". También Carlos, a pesar de su enfado por la eliminación: "Ya tengo incluso la camiseta comprada". Solo Carlos tiene otra favorita a partir de ahora: "Brasil, son como nuestros hermanos".

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Sobre la firma

Daniel Castresana
Es periodista licenciado por la Universidad Complutense de Madrid y Master de Periodismo de EL PAÍS por la Universidad Autónoma. Trabajó en los informativos de la cadena de televisión CNN+ y en el diario Expreso (Ecuador) antes de incorporarse a la sección de vídeo del periódico, donde se ocupa principalmente de temas de actualidad.

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