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Reportaje:SUDÁFRICA 2010 | Argentina

Maradona, haciendo amigos

El seleccionador de Argentina, crecido por la victoria ante Nigeria, carga contra Pelé, Platini y el nivel de los árbitros del Mundial

Crecido y hasta engordado por el estreno victorioso frente a Nigeria, Diego Maradona fue ayer tan políticamente incorrecto como acostumbra, cargando contra todo el establishment del fútbol mundial. "A Pelé que lo devuelvan al museo", comenzó como respuesta de unas críticas previas del ex futbolista brasileño, con quien Maradona ha mantenido un largo litigio durante años. Después le llegó el turno a Platini, otra ex estrella, ahora en labores organizativas como presidente de la UEFA. "De Platini no me sorprende porque siempre tuve una relación distante con él. Sabemos cómo son los franceses y Platini es francés: se cree más que todo el mundo. Nunca le di bola ni se la pienso dar", aclaró El Pelusa, ni corto ni perezoso. Después, juntó a ambos en un ataque conjunto: "A los dos les diría que se dejasen de hablar de boludeces y se ocupen de la pelota, que influye muchísimo y complica a todos

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[en alusión a las quejas que ha generado el balón Jabulani entre los jugadores por su ligereza]".

No contento con semejantes mandobles, el 10 arremetió contra los colegiados elegidos por la FIFA, a los que acusó de no saber cortar la dureza contra los mejores jugadores. "Los árbitros dejan mucho que desear. Si vamos a ver un espectáculo de estrellas, los árbitros tienen que ser más duros. A Messi, a Kaká, a Cristiano... Cada vez que la agarran, los voltean", señaló con convencimiento, como hacía en su época de jugador.

Las relaciones de Maradona con los poderes fácticos del fútbol siempre fueron tormentosas, desde su época de futbolista universal. Siempre se ha sentido al otro lado de la trinchera, perseguido por el poder y enarbolando la bandera del rebelde. Y esa animadversión no la ha rebajado Diego ni siquiera ahora que, como seleccionador de Argentina, podría temer algún tipo de represalia arbitral. Es el único que se atreve a plantarle cara a la FIFA. No hace tanto, cuando Argentina se clasificó para el Mundial, soltó varios improperios a los periodistas, resumido en el ya famoso "Que la sigan chupando". La FIFA le sancionó por dos meses, anuladas sus funciones en el cargo.

Se lo puede permitir como siga ganando. Y hoy tendrá una nueva oportunidad ante Corea del Sur, que viene a su vez de imponerse sobre Grecia (2-0). "Sabemos que son rápidos y apuestan a pelota parada", analizó Diego, que ha decidido reservar a Verón, con una inflamación en el gemelo, dándole su lugar a Maxi Rodríguez. Elección controvertida habida cuenta de que son perfiles muy diferentes. Pese a sus 35 años, La Brujita fue quien más se asoció con Messi en el choque ante Nigeria. Verón le dio 21 pases a La Pulga y este le devolvió 11. Maxi es un interior con mucha menos participación. El problema es que Maradona no trajo a Sudáfrica a nadie parecido a Verón, autodescartado Riquelme por sus "insalvables" diferencias con el 10, y excluido Banega sin haber sido ni siquiera probado.

El otro reproche para el seleccionador albiceleste viene por la presencia de Jonás Gutiérrez en el lateral derecho. Su pobre actuación ante Nigeria ha abierto la brecha que dejó abierta Diego con la exclusión de Javier Zanetti. Pero Maradona se siente seguro y con ganas de guerrear con sus enemigos de siempre. A todos ellos les lanzó ayer su mensaje de despedida. "Quiero ser campeón y tengo a Messi respaldado por un gran equipo".

Maradona, de rodillas sobre el campo de entrenamientos de su selección en Pretoria.
Maradona, de rodillas sobre el campo de entrenamientos de su selección en Pretoria.AFP

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