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El fiscal cree que el sicario del 'caso Polop' cobró

Fue al prostíbulo con un bate a reclamar un impago

El fiscal considera probado que uno de los dos sicarios, el ciudadano checo R. F, encarcelado por matar a tiros al alcalde de Polop, Alejandro Ponsoda, del PP, cobró por el encargo. El acusador público esgrimió este argumento como base de su oposición a la puesta en libertad del pistolero a sueldo en la vista del recurso de apelación celebrada ayer en la Audiencia de Alicante. F. R. está en prisión desde el 11 de noviembre de 2009, cuando fue arrestado junto con un conciudadano como supuesto autor material del tiroteo.

El fiscal señaló que hay suficientes pruebas para implicar al sicario en el asesinato del regidor, planeado en el club de alterne Mesalina, a las afueras de Benidorm. El crimen, según la investigación, fue encargado por Juan Cano, sucesor de Ponsoda en la alcaldía. En total, por estos hechos hay siete personas en prisión: los dos sicarios, el ex alcalde Cano, un narcotraficante, un empresario de Polop y el dueño y el gerente del lupanar.

La defensa asegura que el detenido trataba de cobrar "una deuda laboral"

El ministerio público aludió al testimonio del testigo protegido de la investigación, un portero del lupanar. Según este testigo, el sicario checo acudió al prostíbulo unos meses después del asesinato armado con un bate para reclamar un "impago" por el trabajo. Inicialmente, los sicarios creían que iban a cobrar 35.000 euros por ejecutar a Ponsoda. Sin embargo, R. F. tuvo conocimiento de que la cantidad que ofreció el inductor al intermediario (el gerente del prostíbulo) fue de 50.000 euros. "Y se personó en club armado con el bate para exigir esos 15.000 euros restantes", precisó el fiscal. El acusador público también puso sobre el tapete el "riesgo de fuga" para rechazar la puesta en libertad del sicario.

La acusación particular secundó la tesis del fiscal y, además, abundó en el "historial" delictivo del detenido. "Se ha dedicado a extorsionar y pegar palizas y nunca ha tenido un domicilio conocido", dijo. Mientras, la defensa de R. F. aseguró que no hay ninguna prueba para implicar al supuesto sicario en el crimen. "Todo son vagos indicios contradictorios, y fue al club a reclamar una deuda laboral", aseveró.

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