Enchufar y listo, electricidad y red

Es tan fácil como poner un enchufe más. Basta con este gesto para que la conexión de Internet circule por el cable de la luz de la casa, de forma que cualquier enchufe se convierter en un punto de conexión a la Red.

El truco se llama Devolo y usa una tecnología llamada PLC o Powerline que permite tener Internet, voz, vídeo o música a través de cualquier enchufe de la casa. Sólo hay que conectar el router ADSL a uno de estos aparatos y ponerlo en el enchufe que esté más cerca. Después, basta con conectar otro adaptador de Devolo a cualquier enchufe para empezar a disfrutar de Internet por toda la casa.

Es realmente así de sencillo. Para empezar sólo se necesitan, como mínimo, dos adaptadores dLAN. Uno se enchufa a la red eléctrica y se conecta al router. El otro, también a la red eléctrica, en cualquier conector de la casa y a través de un cable de red, al ordenador o a cualquier aparato con el que se quiera acceder a Internet. Como ambos llevan, a su vez, uno externo, no se pierde la conexión a la red eléctrica allí donde se coloca; simplemente hace de puente intermedio entre el enchufe y lo que había conectado antes a él.

Hay que tener, no obstante, alguna precaución. Es conveniente que el emisor, el que está conectado al router, esté enlazado a la red eléctrica en un enchufe directo, no en un alargador, o en uno múltiple que tiene otros aparatos en las otras entradas. Este tipo de situaciones puede generar interferencias y un mal funcionamiento de Internet.

Lo que sí se puede hacer es conectar el alargador o un conversor de tres o más enchufes en el propio Devolo y así evitar las interferencias. Lo mismo es aplicable a la segunda o tercera unidad. Es preferible utilizar uno directo y no el de un alargador o similar.

El fabricante dice: "gracias a la tecnología inteligente Dynamic PowerSave de Devolo se reduce automáticamente el consumo de energía hasta en un 60% en modo reposo o standby", lo que supone un ahorro importante. Es compatible con Windows XP, Windows Vista, Windows 7, Mac OS X y Linux, alcanza una velocidad de hasta 200 megabits por segundo (mbps) y tiene tres años de garantía.