La baja facturación de Montoto fuerza la venta de la empresa
Los posibles compradores de la textil estudian la operación con sus directivos
Es el segundo capítulo de una crisis anunciada. Montoto, que logró levantar el 11 de febrero con éxito la suspensión de pagos que presentó un año antes, vuelve a pisar la cuerda floja. El plan de viabilidad que la empresa debía cumplir hasta 2014 fijaba en 10 millones de euros la facturación necesaria para salir a flote este primer año. Con la situación actual, marcada por la crisis, y con unos gestores desbordados por los acontecimientos, en el mejor de los casos se alcanzará la cifra de seis millones.
El conselleiro de Economía, Javier Guerra, ha hilado un plan para evitar la debacle que podría poner en la picota 130 empleos después de la salida de 111 trabajadores durante la fase concursal. En una visita a Lalín la semana pasada, Guerra aseguró a los trabajadores que hay un grupo gallego del textil interesado en comprar la firma de punto. Descartado que se trate de Inditex, las especulaciones comenzaron a circular y apuntaron muy cerca. La empresa lalinesa de Florentino Cacheda suena como la opción más clara, e incluso podría llegar a tratarse de una operación a tres bandas.
"Los trabajadores están nerviosos" apunta Marisa Rodríguez de UGT
La familia Montoto está dispuesta a vender las fábricas de punto
La aludida no desmiente la operación, pero tampoco la confirma. Los sindicatos analizan el sector gallego y aventuran otras opciones menos probables, como Confecciones Guerral, Viriato, Jealfer o incluso Caramelo.
Ayer, cinco técnicos enviados por la firma interesada en hacerse con Montoto se presentaron en la fábrica para ver sobre el terreno su situación. Estuvieron reunidos con el director financiero y con los administradores y se espera que durante esta semana continúen el análisis.
En todo caso fuentes del sector ven cualquier movimiento muy complicado. Montoto declaró durante el concurso deudas de 20 millones de euros y recibió cuantiosos avales y préstamos respaldados por la Xunta, que participa en la firma con un 10% a través de Xesgalicia. La buena noticia es que "no ha perdido clientes", según Manuel Lores, responsable del Textil en CC OO, sino que éstos, entre los que se encuentran Lacoste o Burberry, hacen pedidos menores. "Montoto tomó decisiones estratégicas equivocadas. En los buenos tiempos no importaba, porque su relación calidad-precio era excelente, pero ahora las cosas han cambiado", analiza un empresario del sector. Desde CIG, Xabier Aboi cree que no es momento de analizar el pasado sino de buscar la mejor solución para una industria que cuenta con dos naves, tres tiendas propias y una planta en Bulgaria.
"Las nóminas están al día y la situación tecnológica de Montoto es inmejorable", apunta Marisa Rodríguez, secretaria de servicios a afiliados de UGT. En el 2005 invirtieron 20 millones en una nueva factoría de más de 17.000 metros en el polígono de empresas de Lalín. Compraron 150 máquinas de última generación a crédito. Sus financiadores fueron un grupo de bancos y cajas, entre las que están las gallegas. Eso no impide que la plantilla esté nerviosa: "Lleva un año y medio en una situación muy incómoda". Lo que sí está clara es la voluntad de la familia Montoto, cuya segunda generación sigue liderando el proyecto, por vender sus activos textiles. El fundador, Fidel Montoto, entregó el testigo de la gestión a su hijo José Manuel, que dirigió la expansión de la empresa. Ahora es otro hijo, Antonio Montoto, Toño, el que lleva el mando.
Entre sus primeros aliados empresariales estaban la desaparecida Galerías Preciados, El Corte Inglés -que todavía lo es- y Cortefiel. Comercializa bajo las marcas Boxley y Morgat, por las que paga derechos de explotación.
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