La tradición de Franco Zeffirelli

La Traviata, la célebre ópera de Giuseppe Verdi, llega a Sevilla con una dirección escénica de lujo a cargo de Franco Zeffirelli. El melodrama que protagoniza la cortesana Violetta y que Verdi estrenó en Venecia en 1853 podrá verse en el Teatro de la Maestranza. Director de cine, teatro y ópera, Zeffirelli (Florencia, 1923) ocupa un lugar importante en la historia del cine y la televisión con sus versiones de los clásicos o sus biografías de Jesús o San Francisco de Asís.

Zeffirelli fue guerrillero durante la II Guerra Mundial antes de unirse a los soldados británicos, estudió arte y arquitectura, y fue ayudante de dirección de Roberto Rossellini y Luchino Visconti. Luego dio el salto a la dirección de películas. Y también ha sido director de producciones operísticas. Los aficionados recuerdan su producción de Tosca (1964) con Maria Callas y Tito Gobbi. Fue muy amigo de Maria Callas, cantante legendaria cuya vida ha hecho correr ríos de tinta gracias a su voz irrepetible y a sus amores.

La obra, que tiene doble reparto, se representará entre el 11 y el 20 de junio

"Violetta muere de amor y por amor", afirma la soprano Norah Amsellem

Zeffirelli estará en el Maestranza. Pero solo en alma. Su cuerpo se queda en Italia. Su dirección de escena y escenografía de La Traviata brillará los días 11, 12, 14, 15, 17, 18 y 20 de junio en el coliseo sevillano en una obra de doble reparto. Zeffirelli quiso que su cuerpo también estuviera en la capital andaluza pero no ha sido posible. Así lo confirmó ayer Pier Paolo Pacini, encargado de la reposición de la puesta en escena, al dirigirse a los periodistas en la presentación de La Traviata. "Os traigo el saludo de Franco Zeffirelli, con el que he hablado esta mañana. Me manda un saludo para todos nosotros. Hace mucho tiempo que lo conozco. Tiene una cierta edad y los viajes le resultan complicados. Ahora está en Verona", dijo Pacini.

La dirección escénica y las escenografías de Zeffirelli levantan ampollas en el mundo de la ópera. Algunos le acusan de tradicionalista, de negarse a evolucionar. Pacini hace frente a las críticas y defiende su grandeza. "Franco Zeffirelli es el último representante de una tradición italiana que comenzó con Visconti y que ofrece una idea determinada de la ópera. En los años setenta y ochenta en Alemania y en los países anglosajones hubo una reacción contra esa tradición y se creó un concepto de ópera que exaltaba el realismo. Nos encontramos así con una Traviata que era prostituta y se drogaba en Brooklyn", explicó Pacini.

"Se dijo que la ópera era un espectáculo viejo y que había que renovarlo. Pero Zeffirelli ve que eso es un camino cerrado. Tras ver que Violetta se va a la cama con un mono, ¿qué es lo que puedes hacer? Lo cierto es que hay espectáculos en esa línea, hechos en Alemania o los países anglosajones, que son muy buenos y otros que son muy malos. Y hay espectáculos tradicionales muy buenos y muy malos. Pero más allá de su carpintería, los espectáculos de Zeffirelli son muy modernos", recalcó Pacini.

La Traviata, con libreto de Francesco Maria Piave, está basada en la novela La dama de las camelias, de Alexandre Dumas, hijo. Se trata de una producción de la Fundación Teatro de la Ópera de Roma. La dirección musical corre a cargo de Andrea Licata. Las sopranos Norah Amsellem y Mariola Cantarero interpretan a Violetta. Los tenores Teodor Ilincai e Ismael Jordi encarnan a Alfredo, el amante de la cortesana.

Todas las entradas están vendidas. "Esta ópera es bella de principio a fin. Hay una línea que no decae gracias a todos sus ingredientes. Por ejemplo, el ballet es fantástico. Hay una dirección de escena muy precisa que nos ha ayudado a los cantantes. El papel de Violetta es el más romántico que existe porque muere de amor y por amor", resumió Amsellem. En efecto, Violetta morirá y renacerá varias noches en Sevilla.