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Crítica:MÚSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Pop lisérgico para días de sol

No había más que ver las hechuras de su camiseta con filigranas tribales. Ryan McPhun es uno de esos tipos con alma de mochilero, un buen mozo californiano de los que vestiría bermudas y pantalones pesqueros los 365 días del año. Como anoche tenía concierto en La Casa Encendida al frente de The Ruby Suns, McPhun optó por unos vaqueros ceñidos y nos quedamos sin saber si tiene las pantorrillas arañadas de tanto ejercer el agitado oficio del trotamundo. Pero sería muy plausible, a juzgar por su biografía: el muchacho se ha instalado en Auckland (Nueva Zelanda) tras residir en Tailandia y medio continente africano, y acaba de componer un disco entero, Fight softly, en casa de un amigo húngaro.

Los Ruby Suns son una creciente sensación en el pop electrónico

Estos Soles de Rubí que ayer desembarcaban en Madrid constituyen una de las crecientes sensaciones en la órbita de ese pop entre electrónico y lisérgico que ahora mismo parte la pana en la escena internacional. La culpa la tienen, sin duda, Animal Collective, coronados por la prensa más sesuda como la gran sensación de 2009 gracias a un disco que cuesta un triunfo escuchar de un tirón. The Ruby Suns se hacen mucho más llevaderos, así que denles tiempo: igual en un futuro los tenemos cruzando de acera en la Ronda de Valencia y plantándose en el escenario del Price, como Vampire Weekend el pasado mes de febrero.

La asociación de ideas no es accidental. McPhun exhibe una voz aguda, al borde mismo del falsete, que a menudo recuerda a la de Ezra Koenig. Y parece evidente que las dos bandas no solo se saben de memoria el Graceland, de Paul Simon, sino la discografía en solitario de Peter Gabriel. Solo lamentamos esa costumbre, tan arraigada entre las tribus modernas, de embadurnar sus presentaciones en vivo con unas cuantas toneladas de sonidos grabados de antemano.

Hubo un tiempo en que The Ruby Suns se miraban en el espejo de los Beach Boys, pero ahora se han vuelto mucho más modernuquis. Sus canciones más recientes son ricas en cambios de ritmo, compases amalgamados y sonidos de evocaciones oníricas, pese a lo cual se les puede hincar el diente con cierta facilidad. McPhun aprendió en el escenario a pronunciar en español la palabra "verano", y haría bien en memorizarla: temas como Cranberry, Oh Mojave (con los tres músicos tocando tambores en un pasaje) o Dusty fruit se hacen muy apetecibles para estos días de sol, prendas escuetas y evocaciones voluptuosas.

Lo mejor de experiencias iniciáticas como la de anoche es corroborar que La Casa Encendida siempre concita al público más curioso de la ciudad, una chavalería muy bien informada o con el saludable hábito de indagar, sin prejuicios, en nuevas direcciones. Chicos con los cordones de las zapatillas de distinto color o muchachas que se descalzan para el bailoteo casi llenaron un patio poco iluminado, pero de espíritu ya irremediablemente estival.

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Lo mejor de la velada llegó con Tane Mahuta, un tema en maorí incluido en el segundo disco, Sea lion, y lo bastante orgánico como para que el batería Brevan Smith y el bajista Amee Robinson pudieran hacer algo más que seguir el ritmo con el pie o pulsar botones. Es el sempiterno peligro de las máquinas: entregarse a sus brazos y olvidar el pálpito impreciso, pero caluroso, del viejo ser humano.

El grupo de pop electrónico Ruby Suns, durante su actuación en La Casa Encendida.
El grupo de pop electrónico Ruby Suns, durante su actuación en La Casa Encendida.CLAUDIO ÁLVAREZ

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