Semana de bandazos (una vez más)
Angela Merkel y varios ministros de diversos países europeos dicen que el euro está en peligro; el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, declara exactamente lo contrario. Europa sale de la crisis económica; a la vez arrecian los temores a una W, esto es, a una recaída más pronto que tarde por el aluvión de duros planes de ajuste, empezando por el español. Alemania aprueba el plan de salvamento para los países con problemas; y sin embargo, las deudas de los periféricos siguen montadas en una suerte de montaña rusa. Son tiempos de incertidumbre, y eso en Bolsa se traduce como inestabilidad, con esa palabra mágica que resume la ciclotimia bursátil: volatilidad. La Bolsa española vivió ayer una nueva jornada de esa guisa -y van 1.215 días así: los que han transcurrido desde el inicio de la crisis, allá por agosto de 2007- y consiguió aguantar, con apuros, la barrera de los 9.000 puntos. Tras el rebote de Wall Street, al final ayer subió un 1,5% y cerró una semana de locos (una más) con alzas del 1%.
La alargada sombra de la prohibición de posiciones bajistas en Alemania dejó ligeras subidas para el euro -que sigue en torno a los 1,25 dólares por unidad- y un repunte de la deuda de los sospechosos habituales: los bonos a 10 años de los países del sur de Europa pagaron la huida de los inversores hacia el tradicional refugio que sigue siendo la deuda alemana. La deuda española a 10 años se fue, por ejemplo, hasta el 4,11%, prácticamente un punto y medio por encima del bund alemán.
Desde EE UU, un par de novedades se abrieron paso en una maraña de informaciones contradictorias, que dejan a la economía y a los mercados en general con el paso cambiado, sin saber si salen de los problemas y entran en zona tranquila o si la luz al final del túnel era en realidad otro tren que se acerca a toda velocidad en dirección contraria. La reforma financiera y los rumores sobre un acuerdo entre la Comisión de Valores y Goldman Sachs acerca de la investigación sobre las subprime dieron aire a Wall Street, aunque los principales parqués europeos (Londres, París y Francfort) cerraron con ligeras caídas.
La banca española encabezó las pérdidas durante el día, pero cuando los índices se dieron la vuelta fueron también los bancos quienes más ganaron: Bankinter, Popular y BBVA avanzaron más del 3%, y el Santander más del 2%. Para volatilidad e incertidumbre en esta crisis, la de los bancos. Aunque al final siempre salgan a flote.