El año redondo de Robben
El extremo se ha erigido en el líder del Bayern con 23 goles
Florentino Pérez, presidente del Madrid, recibió ayer en el Bernabéu a la delegación del Bayern. Cordial, le dio un apretón de manos al técnico Louis Van Gaal y dedicó algún signo de complicidad a varios jugadores. A Arjen Robben (Holanda; 1984) le obvió. La relación, por tensa, ha pasado a inexistente. Solo así se entiende que el futbolista, con amigos en la ciudad pero con tirria al Madrid, no haya regresado a la capital en todo el año. "Estoy contento de volver", manifestó Robben. Ahora que disputa la final de la Champions.
"Gracias a Arjen podemos soñar con ganar la final", asevera desde las gradas del Bernabéu Wolfgang Dremmler, ex jugador de la Alemania que alcanzó la final del Mundial del 82 y parte integrante de la dirección deportiva del Bayern. A pocos metros de Dremmler, a unos más de Arjen, que se entrenaba sobre el césped con las botas amarillas y los tobillos vendados, estaba la familia de Robben. Su mujer Bernadien, su hijo Luka y la pequeña Lynn, de apenas cinco semanas. "La vida le sonríe", explican desde su entorno. Puede firmar la temporada perfecta.
Solo Messi ha regateado más que el holandés en la competición
Desterrado del Bernabéu por sus sempiternas lesiones musculares, Robben recaló en el Bayern por 25 millones, 11 menos de lo que costó. "El Madrid solo quería hablar de dinero y no de fútbol. Eso me dolió", asegura Robben; "pero tomé la decisión correcta, con un año soberbio que se puede completar con el trébol, tras ganar la Bundesliga y la Copa". A pesar de las reticencias iniciales de la directiva bávara, temerosa de que el extremo se rompiera a las primeras de cambio, una noticia corrió como la pólvora por los despachos. "¡Velocidad punta de 32,9 km/h!", señalaban los directivos, sorprendidos.
Van Gaal le ha exprimido al máximo, colocado en la banda derecha en el arranque, vertiginoso en el regate -es el segundo que más dribla en Europa (43), por detrás de Messi (68)- y definitivo en el disparo, aunque no ha dado ninguna asistencia. Sus números hablan solos: ha marcado 23 goles -solo había alcanzado una vez los dos dígitos y fue en la temporada 2002-03, en el PSV, con 13 dianas- y en la Champions ha disparado una vez cada 17 minutos y 23 segundos, solo por detrás de Cristiano (16 m y 22 s) y Rooney (16 m y 40s). Aunque ha padecido lesiones menores -gracias a las manos del osteópata Hans-Wilhem Müller-Wohlfarht, conocido por sus técnicas novedosas, como usar concentrado de cresta de gallo o aletas de tiburón-y solo ha completado 16 encuentros de los 36 disputados, Robben ha realizado un curso redondo, con jugadas para el recuerdo, como la galopada de 80 metros en la semifinal de la Copa ante el Schalke, su primer triplete (ante el Hannover), su golazo a la escuadra ante el Fiorentina y la volea frente al Manchester United. "Es el mejor futbolista que hemos tenido en años, hace cosas increíbles", subraya Dremmler.
A Robben le queda un partido para cerrar el círculo. "Con él se gana creatividad y fantasía", le elogiaba Mourinho cuando lo dirigía en el Chelsea. "Mou es de los mejores técnicos del mundo", responde el holandés. Por eso el luso ha catapultado a Sneijder, otro repudiado por el Madrid. "Wesley crea fútbol. Empieza el ataque y da grandes pases", conviene Robben. Contesta Sneijder: "Arjen es un jugador importante, pero no el único del Bayern". Sí el más resolutivo.
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