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Reportaje:

Bañuelos es referencia de la mayor inmobiliaria de Brasil

La bolsa de suelo de PDG vale 10.000 millones de euros

Enrique Bañuelos (Sagunto, 1966) es el accionista de referencia de la primera inmobiliaria de Brasil, la empresa PDG Realty, que controla una bolsa de suelo urbanizable con un valor estimado en torno a los 10.000 millones de euros (28.000 millones de reales). Bañuelos posee el 6% de PDG Realty a través de la sociedad patrimonial Veremonte. El fondo de inversión estadounidense BankRock detenta el 5,4%. Y un tercer fondo brasileño, Vinci, otro 5%. El resto de capital flota en la Bolsa de São Paulo, en el índice selectivo Ibovespa.

Bañuelos se ha convertido en accionista de referencia de PDG Realty en apenas dos años, desde que

Veremonte como tal empezó a actuar en Brasil. No ha renunciado al negocio inmobiliario, pero se ha ubicado en un mercado donde las necesidades se estiman en más de siete millones de viviendas.

Posee el 6% de PDG Realty a través de la sociedad patrimonial Veremonte
El fundador de Astroc se aparta de la primera línea de gestión

Veremonte propició la fusión previa de tres inmobiliarias brasileñas, las sociedades Kablin Segall, Abyara y Agra. El resultado fue el Grupo Agre, una empresa especializada en los segmentos de renta medio y alto, y con una gran presencia en el área en torno a São Paulo, la capital financiera y pulmón industrial de Brasil.

El Grupo Agre fue elevado al índice selectivo Ibovespa por su volumen a principios de mayo. Veremonte detentaba el 22% de la que se había convertido en quinta empresa inmobiliaria de Brasil.

Horas después de encaramarse al índice selectivo, PDG Realty, la segunda inmobiliaria del país, se incorporaba al Grupo Agre con una ampliación de capital y un canje de una acción por cada dos acciones de Agre.

PDG se había especializado en viviendas para rentas bajas, el equivalente a las viviendas de protección oficial en España, según explica Marcelo Paracchini, portavoz de Veremonte. Además, controlaba grandes bolsas de suelo en torno a Río de Janeiro y la zona central del país. "Ambas empresas son complementarias, y juntas constituyen la mayor inmobiliaria de Brasil por cualquier tipo de índice", sentencia Paracchini.

La Bolsa de São Paulo ha acogido con tranquilidad los movimientos de Bañuelos. La cotización de PDG Realty fluctúa en torno 15.450 reales desde principios del mes de noviembre pasado.

El fundador de Astroc, hoy Afirma, se ha apartado voluntariamente de cualquier puesto de gestión de primera línea. No ocupa cargos ejecutivos ni de representación. Nada que ver con la espectacular llegada de Astroc al Mercado Continuo de la Bolsa de Madrid y su estrepitoso hundimiento unos meses después.

Bañuelos había consolidado su fortuna personal a través de una atenta lectura de la legislación urbanística vigente en la Comunidad Valenciana desde finales de 1994. Comprendió a la perfección la capacidad de la figura del agente urbanizador para actuar como gestor de suelo sin necesidad de poseerlo. Y amasó una considerable fortuna personal con la urbanización de la playa de Canet d'en Berenguer, unos kilómetros al norte de Valencia.

Astroc salió a Bolsa en mayo de 2006, cuando los precios del mercado inmobiliario todavía estaba en ascenso. Y tanto. En apenas siete meses, a principios de 2007, el valor bursátil de Astroc se había multiplicado por cinco. Amancio Ortega, propietario de Inditex, o Carmen Godia, vicepresidenta de Abertis, se contaban entre los selectos accionistas con acceso a paquetes de hasta un 5% del capital. Bañuelos todavía detentaba el 51%.

Las acciones llegaron a multiplicar su valor por diez a mediados de abril de 2007. Pero la compañía apenas había desarrollado actividad. Una ojeada a la información periódica remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores revelaba que Astroc era poco más que la quintaesencia de la burbuja. Y como tal, estalló. A finales de la tercera de abril, la cotización de Astroc se desplomó un 80% en dos sesiones consecutivas.

Bañuelos, que había llegado a ser uno de los hombres más ricos del mundo, fue apartado de la gestión, de la titularidad y asistió al cambio de nombre de la empresa. Pero guardó unos ahorros para actuar en Brasil.

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