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Entrevista:MÚSICA | Entrevista

Jazz con sabor francés

Lleva el pelo cortado a lo garçon, lee a Baudelaire y cuenta con una Medalla de las Artes y las Letras de Francia. Stacey Kent (Nueva Jersey, 1968) canta jazz y no es francesa..., aunque por poco: "Soy americana de pasaporte y francesa de corazón", confiesa. La más afrancesada de las cantantes de jazz en ejercicio publica Raconte-moi..., su primer disco completamente en francés, con versiones de Benjamin Biolay, Paul Misraki, André Manoukian... y los textos de crédito, únicamente, en el mismo idioma. "Ahí yo no he tenido que ver", aclara.

PREGUNTA. Uno siempre tiene la duda con usted de si es una cantante francesa que nació en Estados Unidos o una cantante estadounidense a la que le gusta la nueva cocina de Francia.

RESPUESTA. Soy un poco de todo. En estos momentos tengo mi base en Londres por razones prácticas, teóricamente vivo en América, y en realidad el país en el que paso más tiempo es Francia.

P. Un amor, el suyo, por lo francés que no es un idilio pasajero...

R. Mi abuelo paterno, que era de origen ruso, me imbuyó del espíritu francés. Él sólo me hablaba en francés, me hacía ver películas francesas, incluso me recitaba los poemas de Baudelaire, pese a que yo no comprendía una palabra. Él fue quien me puso los primeros discos de Serge Gainsbourg..., al final era como si no viviera en América. Ahora entiendo que he sido una privilegiada: la mayoría de mis compatriotas no tienen el menor interés por lo que ocurre en el resto del mundo.

P. Algunas de sus compatriotas, como Madeleine Peyroux, Dee Dee Bridgewater o Melody Gardot, también han hecho sus pinitos en el idioma de Molière.

R. Es cierto que hay una "epidemia francesa" entre las cantantes americanas. Supongo que para nosotros lo francés ejerce un atractivo romántico y exótico..., de todas formas, ellas y yo hemos seguido caminos diferentes. Yo he nacido y crecido en América, pero al mismo tiempo he estado inmersa en la cultura francesa desde niña.

P. Se entiende que grabar un disco en francés ha sido para usted un acto natural.

R. En ningún momento me planteé grabar un disco por el mero hecho de hacerlo en francés. Para mí, cantar en francés es una obviedad, y una bendición, porque la cultura francesa es todo un mundo.

P. Aparte del idioma, ¿tenía alguna idea previa acerca del repertorio?

R. Raconte-moi... es el álbum más personal e íntimo de mi carrera. Mi idea era reproducir una atmósfera precisa que me permitiera explorar el fondo de armario de la poesía francesa, su dulzura y su ternura. En realidad, en este disco estoy contando mi propia vida de una forma metafórica. Por ese motivo no quise seleccionar 12 canciones que sonaran bien sin más, sino que estuve literalmente "inmersa en canciones" hasta elegir las que encajaban perfectamente, y estoy orgullosa del resultado.

P. ¿Sería posible un disco como éste en otro idioma que no fuera el francés?

R. Cada lengua tiene su propia personalidad, no son sólo los textos, también la pronunciación, el ritmo..., incluso físicamente, el acto de cantar en un idioma u otro es distinto. El francés, por ejemplo, es un lenguaje tierno y sensual. Pero siempre hay que entender lo que uno está cantando. Reproducir las palabras fonéticamente es un recurso demasiado pobre. Hay que penetrar en el idioma hasta alcanzar el inconsciente. Ahora mismo estoy con un profesor de portugués con vistas a mi próximo proyecto.

P. Supongo que tiene que ver con su interés por la

bossa nova. En Raconte- moi... ha incluido una versión de Águas de Março, de Jobim, traducida por Moustaki.

R. Pero eso no quiere decir que haya cerrado el "capítulo francés", de hecho, ahora estoy trabajando en nuevas canciones, y mantengo las del disco en mi repertorio.

P. En su página de Facebook puede vérsela radiante acompañada por Moustaki.

R. Es que, cuando le vi ahí, junto a mí, no me lo podía creer. Fue un honor cantar junto a él.

P. El disco incluye un tributo a Henri Salvador, con su interpretación de

Jardin d'hiver.

R. Únicamente coincidí con él en un espectáculo televisivo, y por supuesto quería recordarle, pero, sobre todo, es que es una canción de amor a la naturaleza muy hermosa, aunque no sea suya, pero formaba parte de su repertorio.

P. Si tuviera que elegir una canción del álbum como

single, ¿cuál seleccionaría?

R. Raconte-moi..., sin duda. Es la canción de amor perfecta. Habla del mundo interior de la pareja, lo que ocurre de puertas adentro, y cuando los amantes salen al exterior y se enfrentan al mundo real. Cada vez que la canto cierro los ojos y veo a dos personas amándose. Que una simple canción me permita hablar de algo tan íntimo y tan bonito me parece lo más hermoso del mundo.

P. En su caso, trabajo y amor van unidos.

Raconte- moi... está producido y arreglado por su marido, el saxofonista Jim Tomlinson.

R. Entre nosotros hay una compenetración casi telepática, derivada, creo yo, de la vida en común. Jim me ha ayudado a crecer como artista, con él siento que estoy en buenas manos. Pero no es sólo él, también los músicos que me acompañan. Porque una cosa es tocar con un músico y otra tener en torno a ti a un grupo de personas capaces de escuchar las ideas de los demás.

P. ¿Qué se siente cuando su país de adopción le concede a uno la máxima distinción artística?

R. Fue algo inesperado y grandioso. Ni por lo más remoto podía haberme imaginado que el Ministerio de Cultura me había "echado el ojo" y, de repente, me vi convertida en "embajadora de la música". ¡Yo no tenía ni idea de que estaba haciendo algo por alguien! Y ahí estaba la ministra Christine Albanel en persona imponiéndome la medalla en reconocimiento a mi trabajo llevando la música francesa fuera de Francia.

P. Steven Tyler, líder de Aerosmith, la citó entre sus dos cantantes favoritos junto a Willie Nelson.

R. Pues para mí constituye todo un honor, porque ¡adoro a Steven Tyler! Cuando me llegó la noticia, me dejó fuera de combate. Entiendo que puede resultar extraño que alguien como Tyler escuche mi música, pero la música es la música y ya está. Al final, lo que queda es la emoción. Hay músicas para todos los estados de ánimo, yo puedo en un momento sentirme como Maria Callas y en otro como Steven Tyler. Mi sensibilidad es obviamente jazzística, vivo en un mundo distinto del de él, pero eso no significa que no disfrute con su música, ¿por qué no habría de hacerlo?

Stacey Kent actuará en el teatro Häagen Dazs www.facebook.com/StaceyKent.

Stacey Kent, la más afrancesada de las cantantes de jazz.
Stacey Kent, la más afrancesada de las cantantes de jazz.NICOLE NODLAND

Stacey Kent. Raconte-moi... Blue Note / EMI

Stacey Kent podría pasar por una de estas americanas chifladas por el Viejo Continente como aquella Audrey Hepburn que desembarcaba en París a la búsqueda del "enfaticalismo" y acababa vestida por Givenchy. Como prueba de esa querencia continental y francófona, aquí nos viene con este álbum íntegramente en francés y como marca de la casa, el acento jazzy que le imprime su marido, saxofonista y productor, Jim Tomlinson. Aunque no es todo jazz lo que reluce ni tampoco chanson lo que acaba por ser, Kent consigue salirse con un trabajo muy personal donde sus hilitos de voz acaban por llenarlo de un perfume sensual y lírico, y con estas armas logra trazar la regla de tres imposible de hacer algo sofisticado y a la vez de una sencillez prodigiosa. En el menú francés, selección exquisita, las Aguas de marzo de Jobim pasadas por la versión que en su día hizo Moustaki, temas añejos como L'etang que cantara allá por los años cincuenta la actriz Danielle Darrieux, el Jardin D'hivern de Henri Salvador, Les vacances au bord de la mer de Michel Jonasz, un músico que debería tener mejor suerte entre nosotros y una versión de punto de cruz, delicada y emocionante de Le mal de vivre de la siempre añorada Barbara. Toda una declaración de amor tricolor. Carlos Gámez

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