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Columna
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¡Menuda jeta tienen!

Carles Francino no pudo resistir la tentación de revelar a su audiencia un comentario hecho a micrófono cerrado por Gaspar Llamazares. Era el pasado martes, minutos después de las 9 de la mañana.

La Bolsa había iniciado la jornada tras una espectacular subida el día anterior: un 14,43%. Recuperaba todo lo perdido la semana pasada. Sin embargo, 24 horas después, al poco de iniciarse la sesión, bajaba más de tres puntos. Al portavoz de IU en el Congreso se le escapó un sincero "¡qué jeta, qué jeta!". Francino se lo contó a sus oyentes.

En efecto: ¡qué jeta tienen los buitres que estos días se abalanzan sobre los asustadizos países europeos en busca de ganancias fáciles! ¡Qué cinismo el de los llamados mercados! Unos mercados que fueron salvados cuando estaban en la ruina por los Estados que ahora atacan y a los que exigen recortar sus gastos al precio que sea. Incluidos los gastos en políticas sociales.

No hablan esos mercados de subir impuestos a los que más ganan, como reclaman la izquierda y los sindicatos. Demandan, como en Grecia, congelación y recortes en los salarios, en las indemnizaciones por despido, en las pensiones.

Firme hasta ahora en la defensa de las políticas sociales, su estandarte desde que llegó al poder en 2004, Rodríguez Zapatero sucumbía a una nube mucho más tóxica que la del volcán Eyjafjalla: la nube de la mercadocracia. Ayer, en la tribuna del Congreso, anunció nueve medidas que castigan a los más débiles: jubilados, dependientes, madres y funcionarios.

Es un nuevo asalto al Estado de bienestar. Mientras escuchaba ayer a Zapatero, aún recordaba las palabras pronunciadas por Micaela Navarro el lunes en un desayuno organizado por el Fórum Europa. La consejera de Igualdad afirmó que el dinero que se invierte en políticas sociales "no es un gasto, sino una inversión".

Cumplidos los primeros 40 meses desde que entró en vigor la ley de Dependencia, más de medio millón de personas reciben ya alguna prestación. Se han creado 100.000 puestos de trabajo de los 263.000 previstos hasta 2015. Además, el Estado recuperará dos tercios de lo invertido, vía impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social.

Desconozco si cuando el lunes Micaela Navarro alertaba sobre "una corriente de opinión que quiere poner freno a los derechos sociales ya conquistados" conocía que algunos de esos derechos iban a ser recortados por el líder de su partido, Zapatero. Entre ellos, las prestaciones a los dependientes, que dejarán de ser retroactivas. Queda por ver cómo afectará este duro ajuste a las políticas andaluzas.

Todos están de acuerdo en reducir el déficit público. Pero, hasta ahora, Zapatero pretendía controlarlo con una mezcla de recorte del gasto no social y aumento de los ingresos, vía impuestos. Por desgracia, lo escuchado ayer camina en una sola dirección: tijeretazo a las políticas sociales. Nada se dijo de aumentar impuestos a las grandes fortunas (las famosas Sicav), nada sobre obligar a la banca (que acaba de anunciar ingentes beneficios) a conceder créditos, nada de hacer una reforma fiscal más justa y progresiva o nada sobre recuperar el impuesto sobre el patrimonio.

La izquierda sindical y política no socialista ya ha puesto el grito en el cielo y en breve pondrá a su gente en las calles. Es una reacción consecuente y esperada.

Lo que nadie esperaba es que la derecha fuera tan cínica, recordaba el portavoz socialista José Antonio Alonso, de defender ahora las medidas sociales: Rajoy reclamando el cheque bebé y Arenas acusando a los socialistas de "sacrificar" la ley de Dependencia. Una ley que ellos han boicoteado en Madrid y Valencia y para la que el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, pedía en este periódico una "moratoria".

Como diría Llamazares, menuda jeta que tienen algunos.

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