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Un Palacio de Deportes sin deportes

Casi el 90% de los actos que acoge son conciertos, ferias o espectáculos infantiles

"Acampa en Madrid el mercadillo más exótico de Ibiza", reza la publicidad. El Palacio de Deportes se llena de "zonas verdes, palmeras, chill-outs y hasta un oasis" para acoger el mercado de Las Dalias, uno de esos eventos que necesitan mucho espacio y para los que instalaciones como ésta, situada en el centro de la capital, resultan ideales. Conciertos, un show con dinosaurios a tamaño real, un congreso de Testigos de Jehová... El Palacio de Deportes acoge prácticamente de todo. Menos deportes. Sólo un 12% de los eventos de 2009 fueron deportivos.

De los 83 actos realizados el año pasado, sólo 10 fueron competiciones o exhibiciones deportivas, según datos de la empresa Madrid Deportes y Espectáculos, SA (MDYE), gestora de la instalación. Uno de ellos, además, difícilmente puede considerase deportivo: es el World Wrestling Entertainment (lucha libre). Los conciertos, en cambio, fueron 34. La Consejería de Cultura y Deporte, de la que depende el Palacio, hace unas cuentas diferentes. Sólo toma en consideración los actos públicos, 52, ya que el resto son ruedas de prensa, rodajes o celebraciones sociales privadas. En ese caso, los deportes supondrían el 17% de los actos. La consejería no facilitó la memoria completa del Instituto Madrileño del Deporte, el Esparcimiento y la Recreación (IMDER) de 2009 ni la de 2008 para comprobar la evolución de la ocupación del Palacio. La última disponible en la página web (2007), muestra que los deportes supusieron menos de un 10% de la ocupación.

Los vecinos protestan por el ruido de los eventos nocturnos

El predominio de espectáculos nocturnos tiene a los vecinos de la zona en pie de guerra. Llevan meses quejándose de ruidos, de botellones en los aledaños del Palacio, de suciedad. "Sólo hay conciertos", responde Marisol Rodríguez, vocal de la Asociación de Vecinos Barrio de Goya, cuando se le pregunta por la actividad del Palacio. Vive justo enfrente, en la calle de Máiquez. "Hay noches que esto es como un polígono. Ponen aquí los coches con la música y montan el botellón", explica. Muchos días, asegura, tienen que llamar a la Policía Municipal.

El concejal socialista en el distrito de Salamanca, Alejandro Inurrieta, presentó en 2009 una propuesta para "instar a la Consejería de Deportes a que exija al concesionario del Palacio el cumplimiento tanto de los pliegos de condiciones como de la normativa municipal". Se refería al derecho al descanso de los vecinos. Instaba también a "la realización de una programación que responda al interés general y sea acorde con el carácter público, deportivo y cultural del Palacio". No hay forma de saber si la gestora de la instalación -MDYE ganó el concurso en 2005, por un periodo de siete años y 20,5 millones de euros- está obligada a programar un número mínimo de eventos deportivos. A Deportes, según aseguró un portavoz, no le consta. Tampoco facilitó, a petición de este periódico, los pliegos de la adjudicación. El portavoz -la directora del IMDER, Cristina Torre-Marín rehusó hablar- aseguró que el Palacio es "una instalación multifuncional", que alberga tanto eventos culturales como deportivos, y que la gestiona una empresa que busca un rendimiento. Afirmó también que el ruido en las calles no depende del Palacio y que no les constan quejas vecinales por ruido.

La instalación original se inauguró en 1960, pero en 2001 un incendio lo redujo a cenizas. Tres años de obras y 124 millones de euros devolvieron a la ciudad un pabellón pensado para acoger el balonmano si Madrid era elegida en 2005 como sede de los juegos de 2012. Siempre ha sido polémico. Los vecinos llevaron a los tribunales al Gobierno regional por "errores de forma y recalificación de las zonas verdes". La nueva obra eliminó 5.000 metros cuadrados de zona verde, que la Comunidad tuvo que compensar.

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Los vecinos también perdieron el gimnasio público al que acudían. En 2001 estaban inscritas 800 personas, según la Asociación de Vecinos de Goya. Ahora el Palacio alberga el Club de Esgrima de Madrid, privado, y un restaurante, Oui Mad, para eventos privados. La adjudicación del Palacio es uno de los 370 expedientes de contratación que los socialistas pidieron el año pasado a la Asamblea porque se realizó "bajo el mandato" de Alberto López Viejo, imputado por el caso Gürtel.

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