Dos colosos más allá de la NBA
Barça y Olympiacos han demostrado su capacidad para ganar de todas las formas posibles
Barcelona y Olympiacos, dos plantillas de lujo, dos equipos que se han movido en la excelencia toda la temporada, dilucidan esta noche (21.00, Teledeporte y TV3) el premio gordo del baloncesto europeo en una final que se veía venir de lejos. Será el choque entre dos colosos a pesar de que sólo cuentan con un título cada uno: el de 1997 el Olympiacos, tras una final en Roma en que derrotó precisamente al Barcelona, y el de 2003 el equipo azulgrana, tras vencer al Benetton de Treviso en el Palau Sant Jordi. La precariedad de títulos no resta pedigrí a ambos equipos, asiduos en los momentos álgidos y casi siempre con extraordinarias plantillas.
En la final de hoy en Bercy estarán muchos de los mejores jugadores de Europa, varios con experiencia y cartel en la NBA, caso de Childress (Atlanta) y Kleiza (Denver) por parte del Olympiacos, y de Navarro (Memphis) en el Barcelona, que además también cuenta con una joya como Ricky Rubio (elegido por Minnesota) y con Vázquez (elegido por Orlando). Además, el equipo griego cuenta con un base excepcional como Teodosic, un todoterreno como Papaloukas y tipos fuertes y aguerridos bajo los aros como Schortsanitis, Vujcic y Bouroussis. Los entrenadores europeos parecen convencidos de que la competitividad en Europa es superior a la de la NBA. "No tenemos su velocidad, pero jugamos de forma más física y utilizamos más táctica, además de que nos mentalizamos de una forma diferente y estamos involucrados en cada instante de los partidos y más aún en una final", mantiene Panagiotis Giannakis, el técnico del Olympiacos. Pete Mickeal, alero estadounidense del Barcelona por el que esta temporada llegaron a preguntar los Knicks de Nueva York, reflexiona: "Childress ha aprendido lo difícil que es jugar en Europa, algo que no saben ni conocen muchos jugadores de la NBA".
El Barça es el equipo que mejor defiende de Europa y su rival es el más ofensivo
Los entrenadores de ambos finalistas, Giannakis y Xavi Pascual, coinciden en varios de los aspectos que consideran clave para el desenlace del partido. "Mis jugadores han demostrado que están preparadísimos para afrontarlo a nivel físico y psicológico y también para asumir todos los argumentos tácticos a los que podamos recurrir. Será fundamental controlar las pérdidas, asegurar el control del rebote y ayudará muchísimo que los tiradores exteriores logren buenos porcentajes de acierto", resume Pascual.
El Barcelona es el equipo que mejor defiende en toda Europa -recibe una media de 65 puntos-, mientras que el Olympiacos es el más ofensivo, con un promedio de casi 88 por partido. Pero Giannakis hace más hincapié en el aspecto defensivo. "Una buena defensa siempre te concede mayor seguridad y más posibilidades como base para desarrollar tu juego. Habrá que ver qué sucede con las faltas, con los rebotes y con los pases. El equipo que controle estos aspectos tendrá mayores posibilidades", destacó Giannakis. "El Barcelona controla muy bien el ritmo y es capaz de masacrar a sus rivales", puntualizó Papaloukas, una de las figuras del Olympiacos, que ayer cumplió 33 años y disputa su octava final a cuatro.
Pascual, pese a esa diferencia estadística entre puntos anotados y recibidos, considera que uno de los puntos fuertes del equipo griego es precisamente su capacidad para adaptarse tanto al ritmo de juego de los partidos con muchos puntos o con bajas anotaciones. En eso, Pascual, conviene que también se parece al Barcelona. "Los dos equipos hemos sufrido muy pocas derrotas esta temporada y hemos superado momentos muy difíciles, aunque no hayamos desplegado nuestro mejor juego en momentos puntuales. Nosotros somos de los pocos que hemos dicho con la boca grande y desde el principio, a pecho descubierto, que somos favoritos. Recuerdo lo mal que lo pasé en 1997, cuando viajé en coche más de mil kilómetros hasta Roma para ver la final entre el Barcelona y el Olympiacos. Queremos que nuestros aficionados no repitan aquella mala sensación", afirmó el entrenador del Barcelona, recordando la derrota del equipo que entonces dirigía Aíto García Reneses con Djordjevic, Karnisovas, Jiménez y Dueñas como figuras.
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