El Racing se encamina al abismo

¿Tiene solución el Racing? Le restan dos encuentros, ante Valladolid y Sporting, pero el asunto pinta mal. Muy mal. Nada que ver con el Sevilla, que se ha enchufado a su mejor versión en el momento más oportuno, cuando le llega la hora de jugarse los cuartos y la clasificación para la Liga de Campeones. Además, con la sensación de que ha rescatado a futbolistas de gran talla, pero algo diluidos en los últimos tiempos, como Negredo, que marcó dos goles, el último con una grandísima volea, Capel y Kanouté, los tres decisivos ayer en Santander.

Se había conjurado el Racing para hacer de El Sardinero ayer un campo inaccesible, justo lo contrario que ha sido toda la temporada, y especialmente en una segunda vuelta desastrosa. Palabras que, en el primer minuto, se quedaron igual de huecas que el juego del equipo. El Sevilla se encontró con el gol de Negredo nada más empezar. Y no tuvo ningún problema para gestionarlo. Al Racing no hay por dónde cogerle. Portugal introdujo a Morris y Moratón por los lesionados Oriol y Christian, pero la defensa seguía igual de perdida, un coladero sin remedio. El surafricano se incrustó en el lateral derecho y desplazó a Pinillos al izquierdo, con lo que la línea era un galimatías. Y se notó. Morris, que no aparecía por el equipo desde hacía cinco meses, se hizo un lío y cometió penalti sobre Capel cuando éste enfilaba como una flecha la portería. Kanouté, con la calma pasmosa que acostumbra, situó al Sevilla cuesta abajo, con los deberes hechos y toda la tranquilidad del mundo ante un rival de lo más insulso.

El conjunto andaluz ha recuperado la alegría y la frescura a final de temporada

El bullicio de Bolado, que dejó pasar un mano a mano con Palop, no le era suficiente al Racing, cada vez más nervioso, cada vez más tembloroso cuando el Sevilla cruzaba el medio. Portugal optó por poblar el centro del campo, pero de nada sirve si no hay un mínimo de fluidez con el balón, si nadie ejerce de distribuidor y el juego se espesa tanto. El Sevilla sí tuvo toda la fluidez que necesitó. La justa para desarticular las débiles estructuras del Racing y colocarse en el descanso con la sensación de que el partido, si lo hubo, se había acabado ya.

La segunda parte supuso la puntilla para el Racing. Destrozado, sin recursos físicos ni mentales, el equipo de Portugal recibió otro sopapo nada más empezar. Navas y Capel no tuvieron complicaciones para agujerear, una vez más, la defensa del Racing y registrar otros dos goles para el Sevilla. El resto del partido sirvió para que El Sardinero hiciese público su malestar con Portugal y con el presidente Pernía. El técnico reemplazó otra vez a Canales, lo que no gustó a sus aficionados. Pero el joven está fundido, tanto de ideas como de energías después de una temporada de mucho ruido en el campo y más todavía fuera de él, con su fichaje por el Madrid y su llegada a la fama como un balín. En descargo suyo, el resto de los que le acompañan está en un nivel similar e incluso peor.

Y el Sevilla, por su parte, sigue a lo suyo. Ha recuperado frescura y alegría cuando mejor le venía, ahora que llega la final de Copa. Y Negredo, muy espeso durante algunos pasajes de la temporada, recuperó el olfato con dos dianas.