Una placa recuerda a 80 sevillanos muertos en Mauthausen

Un ex alcalde sevillano pensó toda la vida que su tío abuelo se había ido de casa para no volver jamás. En 2004, descubrió que había muerto en Mauthausen. Allí perecieron 1.494 andaluces republicanos a manos de los nazis. O más, es una cifra difícil de cerrar. De éstos, 114 eran sevillanos, pero sólo 80 aparecen en la placa que la Diputación de Sevilla inauguró ayer en su edificio por el 65 aniversario de la liberación del campo de exterminio. En el rótulo no han sido incluidos los 34 que sobrevivieron al exterminio.

Las fotocopias de las seis únicas fotos que se conservan de represaliados se reflejaban ayer en la placa mientras los políticos daban sus discursos. Las portaban las asociaciones de víctimas CGT y Amical, esta última responsable del recuento de víctimas. Sólo existen media docena de retratos porque muchas familias ni siquiera saben hoy que sus parientes fallecieron en Mauthausen.

El ejemplo más gráfico, que ofreció ayer Cecilio Gordillo, portavoz de la CGT, es el del ex alcalde sevillano, cuyo nombre no quiso revelar. "Le ha pasado a muchas familias; creían que sus parientes se iban sin más". Como la cifra de víctimas no es definitiva, reclamó las 34 víctimas ausentes de la placa.

La Junta proyecta poner rótulos en todas las provincias. Sevilla ha sido la primera. Por eso, el granadino Agustín Roldán participó ayer en el acto, acompañado de su hija. Su padre Aureliano, un agricultor republicano de Santa Fe, desapareció en 1936 y hasta los años 50 no supo que había muerto en Mauthausen. Estuvo en la resistencia francesa y le apresaron los nazis. Agarrado a la mano de su hija, homenajeó a un hombre al que vio por última vez con 11 años.