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El PSPV ampliará la querella para recuperar el dinero del 'caso Gürtel'

Camps presume de transparencia pero niega contratos y facturas a la oposición

El portavoz socialista, Ángel Luna, anunció ayer que su partido ampliará, "cuando proceda procesalmente", la querella contra el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y otros altos cargos de la Administración valenciana para intentar recuperar "el dinero de todos los valencianos" que se han llevado las empresas del caso Gürtel. "Estamos empeñados en recuperar el dinero de los valencianos, que en estos momentos está en paraísos fiscales, en cuentas a nombre de los amigos del presidente Camps", sentenció Luna, que añadió: "En las querellas se podría incluir, además de consejeros y altos cargos, algún alto funcionario que ha permitido con su firma que se trocearan los contratos [para adjudicárselos a Gürtel]".

Camps se sometió ayer a la primera sesión de control de las Cortes después de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid levantase el secreto de sumario sobre la mayor parte de la instrucción del caso Gürtel. Una sesión que también tuvo lugar después de que el Tribunal Supremo acordase decidir el próximo 12 de mayo sobre los recursos al archivo del cohecho impropio pasivo por los regalos de los trajes de la trama corrupta al jefe del Consell. Camps no respondió a las preguntas de Luna, ni del portavoz de Compromís, Enric Morera, que reclamó de nuevo los contratos y las facturas de las adjudicaciones a Orange Market y otras empresas de la trama corrupta. El jefe del Consell se refugió en que "nunca" ha dado "consigna alguna" y en que su Gobierno es "el más transparente de la historia".El debate entre Camps y Luna fue muy tenso. Camps, que evitó dejar su escaño y el calor de la bancada popular, intentó lanzar, sin fundamento, sospechas de corrupción sobre la etapa de alcalde de Alicante de Ángel Luna, que acabó en 1991. Y luego se enrocó y negó cualquier relación con la trama corrupta del caso Gürtel. "Nunca hay consigna alguna, salvo lo mejor y más barato", sentenció el jefe del Consell.

Luna salió armado de datos. Recordó que el contrato que abrió la puerta de la Generalitat a Orange Market fue amañado en Vaersa, empresa que dependía del hoy consejero y portavoz del PP, Rafael Blasco. Con este contrato, prosiguió Luna, Orange Market consiguió la primera adjudicación de la Agencia Valenciana de Turismo para montar el pabellón de la Comunidad Valenciana en Fitur. Un contrato que se acompañó de otros 18 contratos a dedo en el que participaron dos consejerías: Territorio, también dirigida por Blasco, e Infraestructuras, que dirigía el fallecido José Ramón García Antón.

Se refería a los contratos relacionados con el pabellón de la feria Fitur en 2005. La entonces consejera de Turismo y hoy presidenta de las Cortes, Milagrosa Martínez, lo adjudicó por primera vez a Orange Market, cabecera de la trama corrupta en Valencia por 930.000 euros (después se le adjudicaría en otras cuatro ocasiones). Sin embargo, Orange Market y Easy Concept, ambas empresas de la trama, cobraron otros ocho trabajos, adjudicados sin concurso y de manera irregular al menos en tres casos, porque las cantidades superaban los 12.000 euros, que es el límite para poder adjudicar a dedo. En conjunto, la red se llevó 1,14 millones de euros de Turismo ese año. Pero, además, tanto Territorio y Vivienda como Infraestructuras trocearon en pagos a cinco empresas diferentes de la trama 47.250 y 51.658 euros para sus pabellones en Fitur. El total que obtuvo la red de corrupción se elevó a 1,24 millones de euros. "Su Gobierno", le dijo Luna a Camps, "de los más de 100 contratos con la trama corrupta sólo adjudicó seis por concurso".

El portavoz socialista utilizó un símil -el hombre que encuentra a su mujer con otro y ésta le dice que no es lo que parece- para concluir que a falta de explicaciones lo que parece es lo que es. "Dio instrucciones para contratar con la trama corrupta", sentenció Luna, que acusó a Camps de mentiroso, de ocultar la información y de atacarlo personalmente por revelar las irregularidades.

El presidente utilizó el desafortunado símil de Luna para acusarlo de soez y machista -acusación que las diputadas del PP traducirían en un escrito de protesta al acabar la sesión-. Luego Camps se dedicó de nuevo a descalificar al portavoz de la oposición, a refugiarse tras los sondeos electorales y a retorcer la lógica - "nadie ha dicho que haya adjudicaciones irregulares, por tanto tienen el aval" [de los tribunales]-.

Por su parte, el portavoz de Compromís, Enric Morera, instó sin éxito a Camps a facilitar los contratos con la trama corrupta. "Está usted ante el Gobierno más transparente de la historia", prosiguió Camps, "se han contestado 1.700 iniciativas". "Es un chiste lo que nos acaba de contar", replicó Morera, que añadió: "No se puede gobernar huyendo del control; ¿qué tiene usted que esconder después de que han dimitido [el ex tesorero del PP nacional Luís] Bárcenas y [el diputado Jesús] Merino y está imputado el "embajador" de la Comunidad Valenciana Jaume Matas?".

El jefe de Consell eludió las preguntas de Compromís sobre si dimitirá en el caso de que el Tribunal Supremo revoque el archivo por el caso de los trajes regalados por la trama corrupta. Y también los requerimientos para que diga si Álvaro Pérez, El Bigotes, había regalado a su hijo un robot que costó el salario de dos mileuristas.

"Las fechas y los datos no me preocupan lo más mínimo", replicó Camps respecto a la posibilidad de que el Tribunal Supremo reabra el caso de los regalos. "No sé lo que pasará, yo ahora me iré a Ibi a trabajar por la Comunidad Valenciana", indicó Camps, que vaticinó a Compromís su desaparición política en la próxima legislatura.

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