Gasol empieza fuerte

Los Lakers no dejaron lugar a dudas. Desde el primer minuto de su primer duelo contra Oklahoma se dedicaron a fondo a la práctica de un juego mucho más intenso y disuasorio del que exhibieron en sus últimos y decepcionantes partidos de la fase inicial. Ganaron por 87-79 después de haber llegado a dominar hasta por 17 puntos.

Los playoffs son otra cosa y los Lakers volvieron a contar con Andrew Bynum, su pívot lesionado en el tendón de Aquiles y ausente durante bastantes semanas. Kobe Bryant recuperó su papel más activo y concentrado después de unas semanas en las que estuvo mermado, cuando no ausente, a causa de sus achaques físicos y Pau Gasol volvió a ser el de siempre, el valor seguro y fiable. Junto a Bynum formó una línea interior que se les atragantó a los Thunder. Pau aportó 19 puntos, 13 rebotes y tres asistencias en 40 minutos.

El equipo de Oklahoma, mucho más joven e inexperto, acusó sobremanera el marcaje con el que Ron Artest frenó al talentoso Kevin Durant. Sólo al final despertó la figura de los Thunder. Falló siete de los ocho triples que lanzó -curiosamente la misma estadística que Artest en ese apartado- y su equipo naufragó con un dos de 16 en los lanzamientos lejanos. Dejados durante muchos minutos de la mano de Durant, los Thunder fueron liderados en el ataque por su base, Russell Westbrook.

Los Lakers volvieron a incurrir en las lagunas que a veces desesperan a sus técnicos y aficionados. Perdieron balones, se defendieron mal en varias ocasiones y se precipitaron cuando los Thunder les apretaron las tuercas. Por eso llegaron a ver las orejas del lobo cuando estos se pusieron con sólo seis puntos de desventaja, 79-73, a falta de poco más de tres minutos y medio para el final. Pero las acciones de Gasol y dos tiros de Bryant y Fisher acabaron dando el primer triunfo de la serie a los Lakers.