Una noche de juglares modernos
Cosmopoética se alía con músicos como Germán Coppini y Fran Nixon
A veces, a los artistas les toca hacer cosas raras. Como, por ejemplo, responder a preguntas acerca de una actuación que todavía no ha ocurrido. Eso les ocurrió ayer, en Córdoba, a Germán Coppini y su compañero Patacho Recio (de Golpes Bajos y Glutamato Ye-Yé, respectivamente), a Fran Nixon (Australian Blonde) y a la, relativamente, novel Rosario Villajos. Los cuatro son cantantes y músicos que anoche se adentraron sin miedo en Cosmopoética. Un festival que gira en torno a la poesía, pero cuya fuerza gravitacional arrastra consigo a todo lo que se acerque, ya sea música, pintura, video, teatro...
Coppini y compañía también se han visto atrapados por esa especie de potente imán que es Cosmopoética. Una cita que reserva, desde hace seis ediciones, la sección Trovadores para los músicos de todos los estilos. En ella, los artistas pueden hacer lo que les dé la gana con sus canciones: cantarlas con instrumentos o a capela, recitarlas o, simplemente, hablar de ellas. Sólo se les pide que sea algo íntimo, personal. Para conseguirlo tienen la ayuda inestimable de uno de los escenarios más recogidos del festival: la sala Orive, una antigua capilla convertida en escenario.
"Este tipo de propuestas salen a cuenta gotas y no se pueden desaprovechar", comentaba ayer Germán Coppini, mientras paseaba por los alrededores de la Mezquita con Patacho. A él, la palabra trovadores le evoca a los juglares medievales. "Eso es lo que somos nosotros, personas de mal vivir, amigos de la parranda que nos lo pasamos bien. Vitales y vitalistas", advierte.
Todo un aviso a navegantes. La noche de ayer se le presentaba todavía como una incógnita. "Tendrá mucho que ver con la improvisación. Espero que no sea algo sesudo". La vitalidad de Coppini y de Patacho continúa 30 años después de empezar en la música; aunque hayan evolucionado y seguido varios caminos. Son esos senderos de progreso los que marcan la tónica del recital, como explica Luis Medina, coordinador del ciclo. "El hilo conductor podría ser cómo los artistas empiezan unos proyectos determinados y van cambiando".
Y no hace falta ser muy veterano para haber dado algún que otro volantazo. Hace un año, la cordobesa Rosario Villajos acudió como público al anterior Trovadores. Vio actuar a Sergio Makaroff y se dijo a sí misma. "Yo quiero estar ahí". Dicho y hecho. Ha necesitado 12 meses. Anoche presentó canciones de su primer disco, 700 kilómetros, recién nacido y compuesto a partir de poemas de Antonio Gala, José Hierro, Manuel Machado o Joan Brossa (www.myspace.com/rosariovillajos).
Pero Villajos ya tiene un camino andado, un camino que ha recorrido con otro nombre: Rosa da Lua. Así se presentaba esta joven polifacética cuando se dejó llevar por los ritmos de la música brasileña.
Quien completó la vía del cambio fue Fran Nixon, nombre artístico de Fran Fernández, ex miembro de Australian Blonde. Mientras que con su antigua banda, de nombre español, componía en inglés; ahora con su nuevo proyecto, de apellido anglosajón, lo hace en castellano. "Desde hace tres o cuatro años no saco nada en inglés", explica.
Y continúa: "Quiero tocar canciones de mis dos últimos proyectos, Nixon y Costa Brava. Y explicar el origen de mis canciones que tratan sobre mis experiencias personales, pero con un toque de humor. Como con Adoro a las pijas de mi ciudad, donde me acuerdo de lo que me costaba ligar cuando era un chaval". Esta noche, en la sala Orive, a las 21.30, Trovadores terminará con las actuaciones de Ariel Rot, Vanito Brown y Jesús Astorga.
![De izquierda a derecha, Germán Coppini, Rosario Villajos, Patacho Recio y Fran Nixon, ayer poco antes de su actuación en Córdoba.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/LQXYCICX3QWEPHYAKAA2WZVJR4.jpg?auth=23eb8db18a37a5f755473c7c2fc6676f0489161f31c1d0908ecca2b7f98f2d95&width=414)
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.