La Axarquía acelera sus planes

El planeamiento urbanístico avanza por fin en La Axarquía. La vía de colaboración entre la Junta, Diputación de Málaga y los alcaldes abierta después de que la administración autonómica hiciera en noviembre pasado la última llamada al orden a los regidores municipales sobre la necesidad inaplazable de dotarse de un ordenamiento propio para dar seguridad jurídica y confianza al urbanismo en una comarca donde se estima que existen al menos 10.000 viviendas en suelo rústico no urbanizable, ha empezado a dar sus frutos.

De los 29 municipios de la comarca, 16 no tienen ningún tipo de normativa urbanística, pese a que en enero de 2007 expiró el plazo que teóricamente tenían para dotarse de un Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) o adaptar el que tuvieran a la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA).

Muchos municipios han renunciado a asuntos que la Junta no admitiría

Alfarnate, Arenas e Iznate han logrado la aprobación provisional

Después de una larga polémica, en la que los alcaldes han insistido en reclamar cambios en la legislación urbanística y que no se juzgara en la vía penal la concesión de licencias para construir en suelo no urbanizable, el pasado 27 de noviembre el ex consejero de Vivienda y Ordenación del Territorio Juan Espadas, dio una especie de ultimátum a los alcaldes. Les conminó a redactar sus planes, porque sólo desde la definición de un modelo se puede afrontar con criterios objetivos un plan de normalización o legalización de viviendas, como ha ocurrido en Marbella; les ofreció la contratación de los equipos técnicos que necesitaran; y les advirtió de que si no lo hacían, la Junta tendría que hacer uso de la facultad que le reserva la ley de intervenir en los municipios que no la cumplan.

Tras un mes sin respuesta, el propio Espadas se puso manos a la obra y a principios de enero inició una serie de reuniones de trabajo con los 16 alcaldes (ocho del PSOE, cuatro del PP, dos de IU y uno del PA) y con la oficina de planeamiento de la Diputación. Como resultado hasta el momento, tres municipios han logrado ya la aprobación provisional de sus planes generales de ordenación urbana, Alfarnate, Arenas e Iznate, y están pendientes sólo de la resolución definitiva de la Comisión Provincial de Urbanismo y Ordenación del Territorio. Otros tres, Archez, Canillas de Aceituno y Macharaviaya, han dado ya la aprobación inicial y están a la espera de los informes de otras administraciones para introducir las correcciones que sean precisas y hacer la aprobación provisional.

La delegación del Gobierno de la Junta en Málaga, que coordina los trabajos, espera que 10 municipios tengan ya en verano aprobados provisionalmente sus planes (los tres que ya tienen aprobación inicial más Almáchar, Benamargosa, El Borge, Cómpeta, Cútar, Salares y Sedella), de forma que a final de 2010 podrían contar con el visto bueno definitivo. Justo el mismo día que se hizo oficial que Juan Espadas no seguiría el frente de la consejería, el pasado lunes día 22, el ex consejero participó en la última reunión interna de su departamento para evaluar el proceso de planeamiento en La Axarquía.

Hay tres municipios que tienen más atrasados sus trabajos, Canillas de Albaida, Comares y Moclinejo (los dos primeros gobernados por el PP y el tercero por el PSOE), porque no se acogieron al convenio con la Diputación de Málaga para que la oficina de planeamiento les redacte el plan.

La intervención de esta oficina ha sido decisiva para acelerar la tramitación de los planes en los últimos meses, aunque durante cinco años trabajó a ritmo muy lento. La consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio, encomendó en diciembre al presidente de la Diputación, Salvador Pendón, que actuara como mediador ante los alcaldes y les convenciera de la necesidad de redactar los planes. Pendón no ha ocultado nunca sus discrepancias con el tratamiento que la LOUA da al suelo rústico no urbanizable y ha reclamado un reglamento que diera un trato especial en comarcas como La Axarquía.

No es que haya habido milagros, lo que ocurre es que muchos municipios que ya habían avanzado en la redacción de sus planes los tenían aparcados porque incluían asuntos que sabían no iban a ser admitidos por la Junta, y al final han optado por renunciar a ellos.