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Un palacio envenenado

El Ayuntamiento de Ronda incumple un convenio firmado en 1997 para convertir la Casa del Rey Moro, del siglo XVIII, en hotel de lujo

Fernando J. Pérez

Jochen Knie va y viene del entusiasmo febril al cabreo jupiterino mientras pasea, protegiéndose del viento, por la Cuesta de Santo Domingo, junto a la Casa del Rey Moro, en Ronda (Málaga). Este empresario alemán, de 42 años, firmó hace 14 un convenio con el entonces alcalde rondeño, Juan Fraile (PSOE), para convertir la casa-palacio del siglo XVIII -así como varias casas adyacentes del centro histórico- en un complejo hotelero de gran lujo. Casi tres lustros después de rubricar el acuerdo, el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía no han modificado los planes urbanísticos para permitir el uso hotelero, ni ha otorgado permisos para hacer la obra. Lo cierto es que tampoco los han denegado. Knie denuncia que se ha enfrentado a un muro de silencio y dilataciones administrativas.

El empresario alemán ha gastado 6,4 millones de euros en el proyecto
La Administración lleva tres lustros sin modificar los planes urbanísticos

Mientras tanto, la Casa del Rey Moro y las casas vacías de las calles Comandante Alejandro Linares y Ruedo de Doña Elvira, adquiridas por Knie a 19 propietarios distintos, se deterioran a ojos vista.

El pasado lunes, el fuerte viento sacudía los cristales del torreón, erguido sobre el lado sur del Tajo de Ronda, hasta quebrarlos. Desde esas mismas ventanas el economista Knie hizo público su "calvario" el pasado 27 de marzo. Colgó dos pancartas con el lema "Palacio del Rey Moro: sin hotel desde 1997". La protesta acabó con las pancartas arrancadas y con Knie en los calabozos de la Policía Local durante tres horas. El empresario ha denunciado a los agentes por detención ilegal. Él quedó en libertad con cargos de resistencia a la autoridad.

El recinto de la Casa del Rey Moro tiene, además del palacio, dos atractivos turísticos singulares: uno es el jardín diseñado en 1912 por el paisajista francés Forestier, con parterres colgantes sobre el río Guadalevín y declarado monumento nacional en 1943. El otro es una mina de agua de 60 metros de profundidad, de la época nazarí.

Knie invirtió 305.475 euros en restaurar el parque y la galería subterránea en cumplimiento del convenio firmado en 1997 con el municipio. En total, el economista ha gastado más de 6,4 millones de euros en adquirir y apuntalar inmuebles, encargar estudios y proyectos y contratar abogados, entre otros gastos. Knie ha presentado una demanda contra el consistorio para reclamar esta cantidad, en la que se incluye una estimación del dinero que ha dejado de ingresar por permitir la entrada gratuita a los vecinos de Ronda tanto en los jardines como en la mina, como se pactó en el convenio de 1997.

Otro de los compromisos del empresario era crear 57 puestos de trabajo, que serían ocupados por rondeños, "siempre que lo permita su cualificación profesional", se lee en el convenio. Bajando las 285 escaleras de la mina, su sitio predilecto, el empresario -dueño también del hotel sevillano Casa Imperial, de cinco estrellas- calcula que su proyecto puede generar 200 empleos.

Knie presentó un primer proyecto, desechado por la Consejería de Cultura y calificado de "ovni" por el actual alcalde rondeño, Antonio Marín Lara (PSOE, elegido por el Partido Andalucista). Posteriormente, elaboró otro proyecto, que ha recibido todos los parabienes de la Administración. Sin embargo, no se puede llevar a cabo porque, según el regidor, "la Junta todavía no ha aprobado definitivamente el Plan Especial de Ordenación del Centro Histórico".

El tiempo pasa, y el empresario comienza a estar presionado por los bancos. "Creo que es una maniobra de los políticos para conseguir declarar en ruina la Casa del Rey Moro para poder expropiármela a bajo precio", asegura. "Quieren que me canse, pero yo soy muy cabezota y no me rindo", añade.

Al día siguiente de que los agentes retiraran la pancarta, Marín Lara afirmó que estudiaba la posibilidad de la expropiación, solución a la que renunció expresamente el Ayuntamiento en el convenio de 1997. El regidor niega que se esté obstaculizando el proyecto -"nosotros somos un mero transmisor entre el señor Knie y la Consejería de Cultura"- y plantea apuntalar el palacio y pasarle la factura a Knie, de quien, por otro lado, se deshace en elogios: "Es una persona elegante y educadísima", reconoce.

Tras el incidente de la detención del empresario, el regidor quiere reconducir el conflicto. "El proyecto de la Casa del Rey Moro me parece magnífico y muy necesario para Ronda. Aquí necesitamos como el comer un hotel de gran lujo. Estoy a plena disposición del señor Knie y voy a tratar de bonificarle las licencias de obra en un 90% o 95% cuando se apruebe el plan especial", asegura Marín Lara.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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