El "escaparate" de Doñana

La primera reunión del año del Consejo de Participación de Doñana, con la presencia de sus 60 representantes, se celebró ayer en Almonte (Huelva) con palabras de agradecimiento de su nuevo presidente, el líder socialista Felipe González: "Mi vinculación con Doñana viene de muy lejos. Hay algo telúrico que me une a esta tierra desde que soy muy joven. Agradezco la decisión de haberme elegido".

Sentado junto al consejero de Medio Ambiente, José Juan Díaz Trillo, y al alcalde de Almonte, Francisco Bella (PSOE), González bromeó en el Centro Internacional de Estudios, Convenciones Ecológicas y de Medio Ambiente (Ciecema) sobre las valoraciones negativas que se han vertido desde su nombramiento el pasado 1 de enero: "Agradezco las críticas que he recibido incluso antes de celebrar esta reunión, aunque, la verdad, todavía no me las he ganado". El socialista, que siempre veraneó en Doñana y mantuvo encuentros con mandatarios de otros países, como el francés François Mitterrand, en este lugar, alabó la proyección nacional e internacional de un enclave natural que calificó como "casi un milagro de la historia" porque "a lo largo de los siglos" se ha beneficiado de la "interacción entre el ser humano y la Naturaleza". Uno de los pilares del nuevo gobierno andaluz, el desarrollo sostenible, también fue subrayado ayer en la intervención: "Se debe conjugar naturaleza y avance social". González pidió disculpas por la anulación de una primera reunión, prevista para el pasado 26 de marzo, y que tuvo que ser suspendida porque el Consejo Europeo le requirió un informe oral sobre la actual crisis económica con previsiones para 2020 y 2030. "Quizás he entrado con mal pie", se disculpó el ex presidente del Gobierno, quien señaló también los "riesgos" y retos de la gestión del Parque.

"Agradezco las críticas, aunque, la verdad, todavía no me las he ganado"

El órgano consultivo debe aunar los intereses de todos los agentes representados: ecologistas, municipios, empresarios, científicos, políticos y habitantes del entorno. Por eso, el nuevo presidente del Consejo se refirió al espacio natural como "un escaparate extraordinario para su visibilidad" pero también un órgano, quizás, "difícil de administrar". Incluso cuestionó su aportación: "Yo vivo siempre con un pie en el estribo, si no sirvo para ayudar, me quito de en medio".