Guillermo Luca de Tena, sagaz empresario de 'Abc'

Habíamos quedado para almorzar, como con frecuencia lo hacíamos, después de Semana Santa, en la misma mesa del mismo restaurante de siempre, porque desde que nos despedimos a finales de 1999 seguía teniendo consideración con sus amigos más leales, entre los que quiso contarme de por vida. En esos encuentros ya sin las prisas de tener que irnos a la Redacción, he conocido verdaderamente al gran personaje, dueño de un inmenso corazón, que llevó al límite la responsabilidad que le dio la cuna de encarnar la tercera generación de la familia propietaria de Abc.

Guillermo Luca de Tena -que falleció ayer a los 82 años, víctima de un infarto, en Madrid, donde había nacido el 8 de junio de 1927- ha sido uno de los periodistas más importantes del siglo XX. Al igual que su abuelo, Torcuato Luca de Tena, no destacó, ni se lo propuso, con la pluma, pero representó durante medio siglo la figura del gran empresario que había recibido un legado histórico y, contra viento y marea, tenía que llevarlo adelante aunque fuese, como fue, empeñando su propia casa familiar para acudir a las necesidades más perentorias de la tesorería de Prensa Española.

Empeñó su casa familiar para ayudar a la tesorería de Prensa Española

Viví a su lado aquellos durísimos años de finales de los setenta en los que Abc, por fin nuevamente bajo su dirección, trataba de deshacer los errores cometidos a la muerte de Franco, cuando más necesario hubiera sido recuperar el papel de viejo diario liberal y monárquico que dio sentido a su fundación.

A lo largo de todo un siglo, el periódico de la calle de Serrano había articulado a la derecha española sin competencia ni rival. Las firmas más destacadas de la inteligencia de la posguerra -Azorín, Marañón, Pérez de Ayala- eran habituales de la Tercera de Abc, ilustre y atípica página de opinión para abrir un diario, en la que no faltaban tampoco los nombres más granados de la Universidad, las Letras y la Ciencia.

Representante genuino de la derecha liberal y civilizada, había tenido sus desencuentros con el Movimiento Nacional y, junto con José María Ruiz-Gallardón y Leopoldo Calvo-Sotelo, más de un disgusto y alguna que otra paliza de los grupos falangistas por defender la vuelta a la normalidad democrática en España bajo la Corona. Y es que la Transición no fue posible sólo por la izquierda, sino que personalidades de tanto cuajo en la vida española se habían propuesto trabajar, desde finales de los cincuenta, para darle una salida democrática a la dictadura.

Seguramente son estos aspectos desconocidos del extraordinario español, hoy muerto, porque es muy fácil diluir la parte en el todo. Y Guillermo fue la esencia de la honradez y de la honestidad al servicio de lo que disfrutamos ahora en España: la Monarquía Parlamentaria encarnada en el heredero legítimo de la dinastía histórica y valedor de las libertades secuestradas por el golpe de Estado de 1936.

Descanse en paz el gran Guillermo Luca de Tena.

Francisco Giménez-Alemán ha sido director de Abc de Sevilla y de Abc de Madrid.