_
_
_
_
_

Los alérgicos se preparan para una primavera caliente

Las lluvias de invierno favorecen la producción de polen

Desde que tenía 20 años cada primavera Ana María Molina vivía una pesadilla. Esta cordobesa, que hoy tiene 46, sufría un asma acusado que le impedía hacer una vida normal. Sin que ella lo supiese, la falta de aire le sobrevenía justo cuando las flores de los olivos comenzaban a liberar el polen. Las pruebas médicas corroboraron que era alérgica.

Forma parte de entre el 25% y 30% de la población cuyo sistema inmunológico enloquece con el polen u otras sustancias externas. Hace cinco años que se diagnóstico y empezó a tratarse con vacunas. Muchos se protegen como Ana María. Pero con un otoño tan seco y cálido como el del año pasado, combinado con el invierno más húmedo en décadas, se espera que las plantas suelten a la atmósfera un volumen de polen mucho mayor que otros años.

Entre el 25% y 30% de la población sufre este tipo de alteraciones

¿Una primavera infernal para los alérgicos? El doctor Francisco Guerra, jefe del servicio de Alergias del hospital Reina Sofía de Córdoba, cree que no hay que dramatizar: "Todavía es pronto para decirlo. El que haya una mayor liberación de polen no significa que deba haber más exposición de las personas. Esta depende de factores como la lluvia, el viento, o particularidades locales como vivir o no en ciudades con edificios altos o en áreas contaminadas". No obstante, el facultativo reconoce que, si se diese una primavera típica, va a ser una estación con un alto nivel de exposición y una mayor cantidad de nuevos alérgicos que antes no habían presentado síntomas.

Los alérgicos están expuestos a todo tipo de granos de polen. Pero en Andalucía, especialmente en el interior, los que comúnmente les complican la vida son los del ciprés (que florece en invierno y que este año apenas se ha notado por las lluvias), el plátano de sombra (que florece en estas fechas y se encuentra en las ciudades) y los olivos y gramíneas, cuyo ciclo se suele iniciar a finales de abril y se prolonga hasta junio, dependiendo de la especie.

Cada especie vegetal se comporta, además, de manera diferente. Como explica la experta en Aerobiología y catedrática de Botánica de la Universidad de Córdoba, Carmen Galán, el olivo, por ejemplo, depende más de la temperatura para iniciar su floración; las gramíneas, en cambio, se rigen más por la disponibilidad de agua...

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

"Teniendo en cuenta las condiciones meteorológicas de meses anteriores, este año se espera una floración intensa del plátano de sombra, con alrededor de 3.000 granos de polen por metro cúbico de aire, aunque a veces la intensidad de la floración de este árbol se puede ver afectada por el momento en el que se realizan las podas; también se espera que sea intensa la del olivo, pues las plantas cuentan con buenas reservas de agua", prosigue Galán.

"Más complicado es hacer predicciones con las gramíneas. Aunque, desde luego, para la primavera temprana, hasta abril y principios de mayo, con el agua que ha caído recientemente, se esperan concentraciones altas de polen", aclara la experta. "Si se confirma por parte de los meteorólogos que la primavera va a ser, en general, suave en temperatura y más bien lluviosa, eso sería bueno para los alérgicos, porque el agua contribuye a la deposición del polen. Pero si resultase más seca y calurosa, tendríamos más concentraciones, especialmente de olivo", termina Galán.

Prevención

En el tratamiento de los alérgicos desempeñan un papel especial la prevención y la educación. Los médicos tratan de formar a los pacientes a medir su capacidad pulmonar. Así, en función de la misma, el usuario puede subir o bajar las dosis de medicamentos. Los diagnósticos con técnicas de biología molecular ayudan a afinar más las características alérgicas del paciente (concretamente, a las proteínas que contiene el polen y verdaderas causantes de las reacciones adversas). De esta manera, además, se pueden personalizar los tratamientos.

En una provincia de interior como Córdoba, con enorme presencia de olivares, se pueden dar entre 250 y 300 casos nuevos de alérgicos al mes y se hace un continuo seguimiento de unas 15.000 personas. La primera línea de combate la soportan los servicios de Urgencia y de Atención Primaria que, en caso de complicación, derivan a lo alergólogos o neumólogos. "Primaria y Urgencias serían los que, en caso de una concentración extraordinaria de polen, notarían una mayor afluencia de afectados", apunta el doctor Francisco Guerra.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_