El futbolín como reclamo
Rábade se convierte en Semana Santa desde hace 13 años en la capital de este juego y atrae a 2.000 visitantes
No importan las procesiones ni están pendientes del tiempo. Todo eso da igual en la villa lucense de Rábade, que ha conseguido convertirse en un destino turístico gracias al invento de un gallego (Alexandre de Fisterra), en el que se combina el juego de recreo con la habilidad. Se trata del futbolín, que cada Semana Santa, desde hace 13 años, convierte a esta localidad en el Wimbledon de una modalidad que aún se rige por una cierta anarquía en sus normas.
José Manuel Lolo Candal, dedica al futbolín buena parte del tiempo que le deja libre su actividad como Policía Local, -el único de Rábade-, y su afición le ha reportado "grandes momentos de placer" y también varios premios de renombre. Tanto adora este juego que él fue el impulsor del Gran Máster Nacional que se disputa en Rábade y que con el paso de los años ha logrado abarrotar todos los hoteles de la localidad, de las inmediaciones, incluso de Lugo capital, y hasta casas particulares que se ofrecen para acoger a alguno de los 2.000 visitantes que se esperan estos días.
El incremento de parejas obligó a incorporar más mesas de juego
Rábade ha pasado de ser un pueblo de éxodo masivo en Semana Santa a doblar su población desde el Jueves Santo a la madrugada del sábado, cuando se cierran las partidas de, tal vez, "el mejor torneo que se organiza en España". Quien avala esta afirmación es Mario Bernad, un zaragozano que ayer ya estaba en Rábade, acompañado de su novia brasileña, dispuesto a echarle una mano como pareja a Lolo, manejando los mandos defensivos.
La crisis no pudo con el acontecimiento y este año, aún siendo desconocedores de la ayuda que les llegará de la Xunta, volverán a batir un récord de participación: 274 parejas. Llegarán de todos los puntos de España, excepto de las islas y el País Vasco, donde el futbolín apenas tiene adeptos.
Hasta octavos de final, las partidas se disputarán por distintos establecimientos de Rábade y, a partir de esa fase, todo se trasladará a la "sede central", ubicada en el polideportivo del instituto.
El incremento de parejas obligó a incorporar más mesas de juego, todas de la misma marca y homologadas. En su interior correrán las bolas a ritmo endiablado en sus cinco modalidades: infantil, femenina, combinada, parada y en movimiento. Todo se juega al mejor de siete bolas, por lo que es necesario marcar un mínimo de cuatro goles para saborear la victoria.
El alcalde, el independiente Enrique Fernández Montes, está "muy satisfecho" de que un acontecimiento de esta naturaleza se hubiera consolidado en Rábade y que cada año consigan un récord de participación, que esta vez se traduce en 24 parejas más que en la edición pasada.
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