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Olivas celebra la salud de Bancaja y descarta cualquier tipo de fusión

La asamblea asume la voluntad de mantener el actual proyecto en solitario

"Bancaja no se halla inmersa en estos momentos en ningún proceso de fusión ni de constitución de SIP (Sistema Institucional de Protección) con ninguna otra caja de ahorros". José Luis Olivas, presidente de Bancaja fue tajante ante la asamblea ordinaria que la entidad financiera celebró ayer en Valencia. Más aún, Olivas celebró la salud que arrojan las cuentas de la entidad y su capacidad para afrontar la crisis económica en solitario: "Tenemos tamaño suficiente para competir y ser viables, nuestros recursos propios de primera categoría se encuentran en niveles adecuados y nuestro ratio de solvencia es de los más altos del sector". Bancaja es la tercera caja española, con unos activos de 111.000 millones de euros, disfruta de una cuota de mercado del 27% en la Comunidad Valenciana y ofrece servicios a 3,5 millones de clientes.

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El presidente de Bancaja, que obtuvo la confianza de la asamblea en enero para otro mandato de seis años, subrayó su vocación de avanzar en solitario y al margen de interferencias políticas: "Nuestra voluntad es mantener el actual proyecto, adaptándolo a los nuevos entornos que durante los próximos meses irán surgiendo y estar abiertos a cualquier operación que pueda surgir en el futuro, pero siempre tomando las decisiones en función del interés y rentabilidad que ofrezcan a nuestra entidad".

A pesar de su seguridad, Olivas auguró un "debate muy profundo y trascendental sobre el futuro de las cajas de ahorros" en los próximos meses para abordar la reforma de la ley de órganos rectores, por un lado, y para adaptar la estructura financiera de las cajas a las nuevas normas internacionales que exigirán a todas las entidades mayores dotaciones de capital.

Representantes de CC 00, UGT y SATE expresaron su malestar por la dureza de las relaciones laborales en el seno de Bancaja. Los tres sindicatos denunciaron incumplimientos del convenio a lo largo del año pasado en el turno de ruegos y preguntas al término de la asamblea. Los miembros de UGT denunciaron además su exclusión de todos los órganos de gobierno, esencialmente la comisión de control, en virtud de acuerdos políticos en favor de otros representantes del personal sin apenas presencia. A continuación, abandonaron la asamblea.

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