Vuelve el violador del 'Segunda mano'

"Se trata de una persona reincidente, obsesiva, manipuladora y que conoce el funcionamiento de la justicia y la policía". Así describió la jefa del Servicio de Ayuda a la Familia (SAF), la inspector jefe Elena Palacio, a Basilio Luis Gurrea Usera, un empresario de 46 años que ha sido detenido esta semana acusado de violar a dos prostitutas en Madrid. El hombre empleaba una placa policial falsa, una pistola simulada y grilletes para intimidar a las mujeres, a las que no dudaba en amenazar con arrestarlas y expulsarlas si no cumplían sus órdenes. Gurrea ya fue condenado a 41 años y nueve meses de cárcel en 1995 por violar a una mujer y robar a otras 18. Entonces, fue bautizado como el violador del Segunda mano, ya que utilizaba este periódico para consultar anuncios de ventas de piso en la capital.

Fue arrestado en Barcelona, adonde se trasladó para asistir a una feria

El hombre se hacía pasar por policía y utilizaba una pistola falsa

La forma de actuar del arrestado siempre era la misma. Contactaba con las mujeres por teléfono y concertaba una cita en sus casas. Cuando acudía, las obligaba a mantener prácticas sexuales. Después también les robaba objetos de valor y las amenazaba para que no denunciaran. Les decía que sabía dónde vivían y que podía deternerlas en cualquier momento. "Aparentemente era una persona muy normal, bien vestido y con el pelo corto. Eso sí, era muy cuidadoso, usaba preservativos y guantes para no dejar pistas", explicó Elena Palacio.

Las dos violaciones de las que está acusado se cometieron el pasado 27 de febrero, con pocas horas de diferencias, en dos céntricos distritos de la capital. Una de las mujeres es suramericana y la otra procedente de un país de Europa del Este. "Buscaba a mujeres jóvenes y acudía a sus domicilios siempre en horario diurno. Las prostitutas nunca denunciaban porque temían por sus vidas y que las echaran del país", añadió la responsable del SAF.

Los agentes iniciaron sus investigaciones hasta que lograron identificar a Gurrea como el supuesto autor de las dos agresiones sexuales. El detenido regenta cuatro empresas, que están dedicada a la elaboración de productos alimenticios, a servicios de hostelería, un restaurante en el paseo de la Castellana y a la promoción inmobiliaria.

De hecho, una de sus actividades empresariales le llevó a mediados de esta semana al Agroalimentaria (el Salón Internacional de Alimentación y Bebidas), en Barcelona. Los investigadores del SAF avisaron a los agentes de la Brigada de Policía Judicial de Cataluña, que lo detuvieron el pasado 23 de marzo justo en el momento que acudía a un domicilio donde había concertado una nueva cita.

Los funcionarios le decomisaron una placa perteneciente a la Asociación Europea de Criminólogos y Peritos Judiciales, una pistola de aire comprimido marca Valtro y unos grilletes, además de guantes. Cuando fue arrestado llevaba las direcciones y contactos de otras prostitutas de Barcelona, según fuentes policiales.

Los investigadores han recuperado también algunos efectos sustraídos a las víctimas, que lo han identificado como el autor de las agresiones. El detenido se hallaba ayer en Barcelona, pendiente de que el juez de guardia autorice su traslado a Madrid.

La policía acusa a Gurrea de un delito de agresión sexual, una violación, dos robos con violencia, dos delitos de usurpación de funciones públicas y otro de tenencia ilícita de armas. Elena Palacio cree que el detenido pudo cometer más delitos en los últimos meses, por lo que pidió a todas las prostitutas de las que haya podido abusar que acudan a la policía. "Las mujeres pueden denunciar con total tranquilidad, porque no se tomarán medidas contra ellas", tranquilizó la inspectora jefe.

La Audiencia Provincial de Madrid condenó a Gurrea a 41 años y nueve meses de prisión por robar a 18 mujeres, a las que captaba mediante anuncios en el periódico Segunda mano. A una de ellas la violó e intentó hacer lo mismo con otras tres. Todos estos delitos los cometió entre enero y marzo de 1994.

El tribunal que le juzgó acortó la petición del fiscal de 94 años de cárcel al entender que en su conducta concurrió la eximente incompleta de enajenación mental. Sus víctimas le describieron como un hombre de 1,75 metros de altura, pelo y bigote rubios y con la tez tostada por el sol. Fue detenido por primera vez el 16 de marzo de 1994. Salió en libertad condicional en marzo de 2007, tras cumplir 13 años en prisión.