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Tribuna
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Un año de parálisis y desempleo

Hace un año el candidato Feijoo comprometía ante los ciudadanos gallegos solucionar la crisis de inmediato, priorizar la creación de empleo, hacer de la obra pública la palanca de la reactivación económica, y rebajar el IRPF en 2009 para mejorar la renta disponible a 600.000 gallegos y gallegas. Transcurrido un año es el momento de hacer balance del grado de cumplimiento de estos loables objetivos.

2009 cerró con la cifra de paro registrado más alta de Galicia desde que existen estadísticas, 222.839 desempleados y una tasa de paro del 12,9%, cuatro puntos más que el año anterior. Además, los gallegos nos situamos a la cabeza de las comunidades autónomas con menor probabilidad de recolocar a los desempleados, por lo que desgraciadamente más de 102.000 parados tendrán serias dificultades para volver a encontrar trabajo.

Galicia tiene el dudoso privilegio de presentar la mayor paralización de obra pública de España

El PIB cayó el 3,1% y, a lo largo del año, Galicia fue perdiendo el diferencial favorable de crecimiento respecto a España. Los efectos de esta caída se perciben en todos los sectores económicos, somos la cuarta comunidad con mayor número de expedientes de regulación de empleo, triplicando los datos de 2008, descienden un 62% los visados de vivienda, baja un 28% la creación de nuevas empresas, disminuye el capital invertido un 78%, las exportaciones caen el 13% y cerraron más de 1.000 explotaciones ganaderas.

Ante este panorama desolador del empleo y la actividad cabría pensar que el presidente Feijóo cumpliría su compromiso de hacer de la obra pública una palanca contra la crisis. Sin embargo, 2009 registra el menor nivel de licitación desde 2000 con una caída respecto al año anterior del 56%. Paralización que repercute de forma directa en una menor generación de empleo y frena la modernización del país. La situación es aún mas grave si se analiza la evolución durante 2009 ya que más del 45% del total licitado corresponde a los dos primeros meses del año y, por lo tanto, al Gobierno anterior. Galicia tiene el dudoso privilegio de presentar la mayor paralización de obra pública de todas las comunidades autónomas.

Un año después de las elecciones sabemos que rebajar el IRPF, propuesta estrella de Feijóo como candidato del PP a la Xunta para ayudar a las familias, queda aplazada sine die, hasta que la crisis se resuelva. Por el contrario, el presidente Feijóo tomó la decisión de recortar los derechos de los ciudadanos eliminando la gratuidad de los libros de texto e incorporó una carga adicional a todas las familias con niños, pagar los libros.

En lugar de impulsar y dinamizar la actividad para remontar la crisis, el PP ha optado por el más puro estilo neoliberal, el laissez-faire laissez-passer, dejar a los ciudadanos y a las empresas que con su iniciativa resuelvan los problemas. Confiando en las bondades de ese mercado que tan nefastas consecuencias tuvo para la estabilidad financiera y la economía real.

Pero el problema no es sólo lo que el Gobierno incumplió en 2009, la gravedad reside en que las previsiones para 2010 no anticipan un escenario más esperanzador. Este Gobierno envía un mensaje claro a los gallegos, 2010 será un año de más paro, reducción de inversión y deterioro de las políticas sociales y, eso sí, el mayor incremento de deuda de la historia de la comunidad autónoma, que alcanzará los 1.531 millones de euros.

El Gobierno gallego se presenta sin iniciativas ni proyecto, incapaz de fijar el rumbo de la recuperación del empleo y la actividad. ¿Qué podemos esperar de quien pronosticando un incremento neto del desempleo de más de 10.000 trabajadores reduce un 10% los recursos para las políticas de empleo?. ¿Cómo puede mejorarse el capital físico y humano, la calidad del empleo y el nivel tecnológico reduciendo los recursos dedicados a la educación, a la universidad, al I+D+i y a las obras públicas? ¿cómo se puede rebajar el presupuesto de la sanidad pública tras nueve meses reiterando sus carencias?

Este panorama, se une a un liberalismo cuasi enfermizo que responsabiliza a Zapatero de la crisis que hace un año era un problema de la Xunta, a los padres de la elección del idioma en el que se educan sus hijos, a la futura subida del IVA de la escasa afluencia de turistas en el inicio del Xacobeo o traslada la responsabilidad de actuar frente a las inclemencias atmosféricas a los directores de los centros escolares. Llegados a este punto, empezamos a preguntamos ¿para que nos sirve este Gobierno?

María José Caride es diputada del PSdeG y ex conselleira de Política Territorial

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