_
_
_
_
Reportaje:26ª jornada de Liga

"Creo en los futbolistas diferentes"

La nueva vida de Onésimo, un jugador único, un individualista que enseña fútbol colectivo a un equipo que sufre, el Valladolid

Carlos Arribas

Esta semana, antes de que se muriera Delibes, en Pucela sólo se lloraba por el equipo de fútbol, una banda de jugadores que no se tragan, un vestuario convertido en un nido de víboras -el capitán, Alberto Marcos, dijo que por él podían apartar a varios jugadores de la plantilla por su bajo rendimiento-, un entrenador que venera las palabras balón y toque, Lillo, Eusebio y Guardiola, pero al que ahora le gustaría ser Camacho, se bebe las Heineken a morro y querría tener un Onésimo en su plantilla y que no teme a nada ni a nadie. Tercero por la cola, a cinco puntos de la salvación, el Valladolid, su salvación improbable, es el primer desafío de Onésimo Sánchez, One, en Primera, categoría en la que lleva entrenando un mes. One, un individualista confeso que enseña ahora cómo hacer fútbol colectivo, su Pucela, recibe hoy (21.00, Canal +) al Madrid en Zorrilla. "O apretamos y vamos de verdad o estamos condenados al fracaso", dice quien como jugador fue entrenado por gente con tanta personalidad, y tan diferente, como Maturana, Cantatore, Cruyff y Camacho. "Soy anárquico en mis decisiones, en mi manera de verlo".

"Al principio, yo no entendía bien el juego. Cuando lo entendí, quizás fue tarde"
"Si ahora tuviera un Onésimo en mi plantilla, no le dejaría cometer mis errores"

Y verlo, ve mucho, unos 20 partidos por semana, casi tres al día, por la televisión, en la banda y desde la grada. De Primera, de Segunda y de juveniles; en Valladolid, en Salamanca o en Madrid, en Vallecas, donde su Rayo. "Los sábados son sagrados", dice. "Por la mañana, veo a mi hijo, que está en el juvenil A del Pucela, luego salimos a comer, pero a las cuatro ya estoy en casa, y me veo el partido de las cuatro, el de las seis, las ocho, las 10 y las 12. Menos mal que no nos gusta salir a cenar fuera y que toda la familia somos futboleros".

Ve partidos con o sin papel, anotando o, como dice, haciendo "cálculos mentales"; ve fútbol y ni siquiera un partido desastroso de su Valladolid le quita las ganas de seguir viendo más encuentros, y hasta podría recitar de memoria las alineaciones la última jornada de los 20 equipos de Primera. "Y, antes más, podía irme 15 días a ver entrenar a mi amigo Camacho, a aprender, a mirar, a disfrutar", dice Onésimo, que nació en agosto de 1968 y debutó en primera a los 18 años, ya quien, cuando era hábil futbolista, cuando jugaba en el Valladolid, en el Barça, el Sevilla, el Cádiz, el Rayo Vallecano, el Burgos o el Palencia, pegado a la banda, maestro del caño, el toque y la gambeta, se le reprochaba que no veía más campo que el que abarcaba su mirada, siempre clavada en el balón, más jugadores que las piernas del defensa a quien intentaba regatear una y otra vez. "Si levantas la cabeza, te quitan el balón, y es más importante el balón que la cabeza. Otra cosa es tener la jugada de antes en la cabeza. Los que dicen que hay que levantar la cabeza ahí nunca han estado ahí. No se trata de levantar la cabeza, sino de hacer las cosas con sentido".

"Mis condiciones me hacían ser individualista, pero siempre he pensado en lo colectivo. Al principio quizás no entendía bien el juego pero al final era muy importante para el equipo. La conciencia táctica la adquirí al final; al principio, y eso fue mi error, no entendía el juego y cuando lo entendí quizás fue tarde". Cuando lo entendió se dio cuenta de que de Maturana había aprendido lo que es el juego en zona con cuatro en línea atrás; de Cruyff, el tema posicional, el criterio, el manejo a través del balón; que Camacho exprime, obliga a estar metido, saca lo máximo del futbolista, y que Cantatore es un buen motivador. Y por eso sabe que al Valladolid necesita ahora a un entrenador que sea un compendio de todos, pero, sobre todo, que sea más Camacho que ninguno. "Ahora hay que dar el 120% y ahí las enseñanzas de Camacho son importantes. Es un tema futbolístico, sí, pero sobre todo mental, moral, de motivación", dice. "Por eso nos viene bien que venga el Madrid. Una victoria dispararía la autoestima de los jugadores, lo que más necesitan". Y para los escépticos, un recordatorio: "El año pasado, ante los cuatro grandes, uno tras otro, el Valladolid sacó 10 puntos. En fútbol nunca sabes". Con Onésimo en el banquillo -"he llegado cuando tenía que llegar, el tren no para en la puerta de tu casa, hay que arriesgar y hacer esfuerzos, era una oportunidad que no podía dejar pasar, y me veo preparado", dice-, el Valladolid ha jugado cinco partidos: dos empates y tres derrotas. "Pero tenemos argumentos para salir adelante".

-¿Le gustaría tener un Onésimo en su plantilla?

-Sí, responde sin dudar. Y no porque yo fuera un espectáculo, sino porque creo en los futbolistas diferentes, aquellos que por sí solos cambian una situación, y eso es impagable. Y si lo tuviera, no le dejaría cometer los errores que yo cometí.

Onésimo, en un entrenamiento del Valladolid.
Onésimo, en un entrenamiento del Valladolid.EFE

Kaká vuelve a lesionarse

El técnico del Real Madrid, Manuel Pellegrini, no podrá contar en Valladolid con Kaká. Después de la polémica que generó su sustitución contra el Lyon, el centrocampista brasileño sufrió una contractura en el aductor del muslo izquierdo en el entrenamiento de ayer y se unió al parte de bajas junto a Pepe, Drenthe y Benzema.

"Kaká se está adaptando a una Liga nueva y tiene todo mi respaldo. Es un ejemplo como persona y profesional, aunque sabemos que aún puede dar más", dijo Pellegrini, que reflexionó sobre la eliminación en la Champions: "No es normal que el club quede eliminado seis años seguidos en octavos. Necesita un análisis más profundo que buscar responsables individuales. Es un error grande culpar". Aun así el entrenador cree que el equipo "ya está recuperado".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_