'Chill-out' portugués

En la onda de Milán, París y Londres, Lisboa estrena un nuevo concepto de hotel urbano en el que se suman buen diseño, mucha tecnología y cierto aire bohemio. Situado en una de las calles más secretas del Bairro Alto, cerca del ascensor do Carmo, House 4 es un proyecto de cadena hotelera (o de casas de amigos) que se prodigará durante los próximos años por todos los barrios capitalinos a instancias de tres jóvenes talentos identificados con su ciudad. Mikas, el rey Midas de la noche lisboeta, regenta desde hace una década el emblemático restaurante y bar de copas Bicaense, donde se citan los dj's más reconocidos. También es el creador de templos nocturnos tan enchufados como el Bar das Imagens y el restaurante Atira-te, en los bordes de la desembocadura del Tajo. A su lado tiene como socios al actor Filipe Duarte, premiado en el Festival de Cine de Montreal 2008, y al fotógrafo especializado en publicidad y viajes Pedro García.

El hotel se mantiene anónimo en una esquina de la travesía de São Pedro, pues ni siquiera en la puerta se descubre como tal. Aparece como una casa de vecinos cualquiera a la que se accede por un tenebroso zaguán. Lo justo para explotar después como un rutilante experimento chill-out de iluminación por leds RGB, muebles fosforitos, artilugios de diseño a la última, efectismos visuales... y un puñado de detalles con mucho sentido del humor. Por ejemplo, unas esposas colgadas de un aplique, un codo de fontanería para colgar las toallas o una regadera de jardín como cabezal de ducha. Los demás guiños ya los regala Pedro García en persona cuando el viajero hace sonar el timbre de la puerta.

Cuatro habitaciones

Apenas cuatro habitaciones se ofrecen en tanto continúan las obras de acondicionamiento del sótano, transformado en una cava improvisada donde duermen algunos excelentes tintos portugueses mientras se diseña un nuevo espacio dedicado a la vinoterapia. Uno de los cuartos se significa por el dramatismo fotográfico que adquiere el relieve en adobe y ladrillo de su cabecero: la pared al descubierto. Otro te encadena al confort de la noche entre sábanas de suaves texturas y mobiliario reciclado. El tercero mimetiza su espacio de baño con la utillería propia de una cocina. Y el cuarto, minimalista, propone diversas ambientaciones por colores según el estado de ánimo del huésped.

Por encima de todo, confiesan sus promotores, ésta es una casa que invita al foráneo a vivir como viven los lisboetas y no como las guías oficiales de la ciudad dicen que debe ser vivida.