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Reportaje:

La explosión de Marcos

El capitán del Valladolid pide apartar de la plantilla a quienes no rinden

El Valladolid se deshace y su capitán, Alberto Marcos, puso ayer voz al pozo sin fondo en el que está cayendo: penúltimo en la clasificación liguera, sin ganar un partido desde diciembre, cada día más lejos de la permanencia en la Primera División y con la fría sensación de que no hay remedio posible. Y esta semana le toca recibir al nuevo líder, el Real Madrid.

Marcos, 15 años en Valladolid, salió ayer del vestuario incendiado por la derrota en San Mamés frente al Athletic y escupió delante de los micrófonos todo lo que llevaba dentro: "Soy partidario de dejar de lado a los jugadores que no demuestran en el césped que se están jugando la vida. No quiero amigos. Sólo quiero un tío que se juegue la vida por mí". Incluso aseguró que, si el club se los pide, dará nombres. "Si no, sería un hipócrita. Puedo dar uno de momento, el mío", afirmó de forma tajante.

No es el primer problema de vestuario con el que se ha encontrado el Valladolid esta temporada. Con José Luis Mendilibar en el banquillo, hubo varios futbolistas sancionados por sus salidas nocturnas, aunque el único nombre que trascendió fue el de Medunjanin porque el medio bosnio así lo declaró.

"Lo sientes o no lo sientes"

El mal ambiente en la plantilla era casi un secreto a voces, pero Marcos le puso un altavoz a la situación. "Nos está matando que no demostremos que nos jugamos la vida en cada jornada. Demasiado poco nos han chillado. De nosotros depende la ciudad. No es lo mismo que venga el Madrid a que venga el Levante, con todos los respetos. Yo he bajado una vez a Segunda y he visto la diferencia. Y hay jugadores que no son conscientes. Pero esto lo sientes o no lo sientes. O... lo sientes y lo puedes ignorar. Yo me voy a quedar aquí y no quiero que me señalen. Quiero que me vean y digan: 'Mira, éste siente los colores. Nos jugamos que haya gente que no cobre, gente que se vaya al paro", se lamentó.

El Valladolid no ha mejorado nada con la llegada de Onésimo a la dirección técnica, pero Marcos pone también la responsabilidad del despido de Mendilibar en el banquillo. "Onésimo es optimista y cree en él. Puede ayudar al Valladolid y no va a tirar la toalla. Cuando estaba Mendilibar, como la plantilla no era de sus características... Echamos a Mendilibar, que le echamos nosotros, y llegó Onésimo, que es más de toque-toque, y no queremos el balón. De esto la culpa la tenemos los 25 del plantel", concluyó Marcos, que, con la retirada de García Calvo y la marcha de Víctor, se ha quedado como único referente de un vestuario que ayer se descosió aún más.

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