Lloris, un tenista de portero
El meta del Lyon, que empezó con la raqueta, es la nueva promesa del fútbol francés
De pequeño, Hugo Lloris jugaba al tenis y lo hacía a muy buen nivel. Hasta los 13 años (empezó con cuatro), el ahora meta del Lyon se paseaba por las pistas de toda Francia. Luego decidió que quería ser portero de verdad. Lo consiguió: él dice que también gracias al tenis, que le ha servido para desplazarse rápido con las dos piernas, para hacerse fuerte mentalmente y para desarrollar los extraordinarios reflejos que tiene. Hasta Raymond Domenech, el seleccionador francés, se fijó en él hace seis meses, cuando decidió convocarle y darle la titularidad. Arsène Wenger ha preguntado por él. Y Oriali, director deportivo del Inter, estuvo siguiéndole varios años. Domenech cortejó a Lloris por sus reflejos y por su gran explosividad.
No le marcan un gol desde el 31 de enero y en la 'Champions' sólo ha encajado cinco
Eso sí, el joven portero del Lyon es mucho más discreto dentro y fuera del campo, más respetuoso con sus compañeros y, según los técnicos que ha tenido, más completo que Barthez. Es bueno entre los palos y en el uno contra uno, para penaltis, se defiende en las salidas, destaca en el juego aéreo (mide 1,88m) y, a pesar de su gran timidez, dirige con autoridad la defensa. En Francia dicen que, sin él, el Lyon marcharía más atrás (va tercero) y Francia no habría llegado a jugar ni la repesca para el Mundial.
Lloris tiene 23 años, es ambidiestro y rompe un poco con el cliché del futbolista de barrio crecido en un ambiente humilde. Viene de una familia de clase media alta (el padre es director de un banco y la madre era consejera jurídica) en la que el abuelo le inculcó la pasión por el cine y le hizo descubrir a John Wayne y Cary Grant. El primer portero que vio en la tele fue Peter Schmeichel y sus referencias son Barthez, Casillas y Buffon. "Hugo tiene la sobriedad y la eficiencia de los porteros del Este", le describe Philippe Bergeroom, ex guardameta y técnico de las selecciones inferiores de Francia.
Lloris se formó en la cantera del Niza. De allí salió Lionel Letizi, meta del París Saint-Germain entre 2000 y 2006 y también de la selección. Fue Letizi quien, después de haber regresado de su experiencia con el Glagow Rangers, volvió al Niza y supervisó la preparación de Lloris. De esa escuela también salió Dominique Baratelli (portero de la selección entre 1972 y 1982), quien descubrió a Lloris cuando tenía tan sólo nueve años y le convenció para que fuera al Niza. Frederic Antonetti, ahora técnico del Rennes, le subió al primer equipo con 19 años, en 2005. "Físicamente, no tiene límites. Yo destaco su mentalidad. Los futbolistas se dividen en dos categorías, los que analizan y los demás. Hugo siempre quiere entender las cosas", sostiene Antonetti.
El Lyon le fichó en el verano de 2008 por 8,5 millones. El presidente Aulas llevaba años sin quitarle ojo. Al menos, desde 2005, cuando se proclamó campeón europeo sub-19. Mourad Zeghidi, periodista de Canal Plus Francia, dice que la selección ha encontrado un portero para rato. "Barthez no era tan fuerte cuando tenía 23 años. Lloris es mucho más maduro y centrado. No es el clásico portero loco. Combina dos cualidades que no todos tienen: es explosivo y frío a la vez", explica. "Además, tiene la cabeza mucho más amueblada que Barthez", añade Guy Roger, de L'Equipe.
La realidad es que no recibe un gol desde el 31 de enero. Lleva cinco partidos de Liga consecutivos con la portería a cero y en la Champions ha encajado sólo cinco en siete encuentros.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.