Rey Rooney

Aunque aparente más, tanto por su aspecto de viejo marinero como por su largo recorrido en la élite, Wayne Rooney (Croxteth, Reino Unido; 1985) sólo tiene 24 años. Ya sin la omnipresencia de Cristiano Ronaldo en el Manchester United, suma 28 goles en lo que va de temporada, el último ayer en la final de la Copa de la Liga (Carling Cup), en la que su equipo se impuso (2-1) en Wembley al Aston Villa. "Habrá aprendido a cabecear bien viendo vídeos míos", bromeó su entrenador, Alex Ferguson, al observar cómo ha marcado de cabeza sus últimos cinco tantos: dos al Milan en la Champions, dos al West Ham en la Premier y el de ayer tras un magnífico centro del ecuatoriano Valencia.

Ayudado por su reciente paternidad, Rooney ha encontrado la estabilidad emocional que le permite exprimir sus excepcionales condiciones. Ya no pierde los papeles y ha marcado un gol más que en el curso pasado. Con Villa, Drogba y el uruguayo Suárez, del Ajax, es el goleador del momento.

"Aquí tenéis la respuesta al agujero dejado por Cristiano", dijo Ferguson en alusión a Rooney; "no sólo ha aumentado su índice de goles, sino que ha añadido velocidad a su juego". Con el de ayer, Ferguson acumula 26 títulos con el United en 24 años en Old Trafford. Aparte, los 10 trofeos que logró con el mucho más modesto Aberdeen, escocés, la Recopa de Europa de 1983 entre ellos.

Ante las dudas que dejó la marcha de Cristiano al Madrid, el Manchester conquista su primer título del año -su cuarta Copa de la Liga-, tiene encarrilada la Champions -ganó 2-3 en Milán- y en la Liga está a un punto del Chelsea tras el pinchazo de los blues ante el City (2-4). Ferguson reservó a algunos jugadores: Rooney sólo entró tras la lesión de Owen, autor del primer gol, el que empataba el tanto de penalti de Milner; Scholes ni siquiera jugó y Giggs, lesionado, contempló cómo Evrà levantaba la Copa.

La gran decepción se la llevó el Aston Villa, convencido de poder ganar dos torneos esta temporada, ya que jugará los cuartos de final de la Copa inglesa (FA Cup) frente al Reading. Así lo pensaba Cuéllar, ayer lateral derecho y sustituido al final por Carew en un intento desesperado de los villanos por empatar. Era tarde. Valencia ya había mareado a Warnock, el lateral izquierdo convocado por Fabio Capello para el amistoso con Egipto tras la deserción de Bridge por la relación extramatrimonial que mantuvo su esposa con Terry -"no será el capitán mientras yo sea el seleccionador", insistió ayer Capello- y la lesión de Ashley Cole. Es la maldición del lateral izquierdo.