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Análisis:EL CÓRNER INGLÉS | Internacional
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El 'dios' Cristiano baja a la tierra

- "Es verdad que mucha gente

me odia"

-Cristiano Ronaldo, jugador

del Real Madrid

Hay pocas cosas más desagradables para una persona que enfrentarse a sus prejuicios y verse obligado a reconocer que no tienen justificación. Imagínense lo que sería para un lector medio de este periódico sentarse a tomar un café con José María Aznar y descubrir que es un tipo razonable y simpático; o para un lector de El Mundo verse de repente sin posibilidad de resistir los encantos de José Luis Rodríguez Zapatero. Pues algo así es lo que le puede llegar a pasar a un empedernido detractor de Cristiano Ronaldo en caso de sufrir la mala suerte de verle y oírle en persona. El jugador del Real Madrid habló durante media hora esta semana en un escenario londinense ante 350 periodistas de todo el mundo. Se trataba de un evento organizado por Nike, la multinacional que le patrocina, para lanzar una bota nueva. Habría que enviar al presidente de Nike a Guantánamo y someterle a muchos meses de interrogatorio antes de que soltara cuánto dinero paga al futbolista más caro del mundo y a otros de su establo como Wayne Rooney, pero podemos suponer que es una barbaridad.

Es demasiado honesto para ocultar sus sentimientos... No es sólo una divinidad. Es un ser humano también

Rooney iba a participar en el evento en Londres, pero al final cambió de plan, algo bastante típico de los futbolistas, que suelen tener una actitud altiva hacia el público en general y hacia los periodistas en particular. Es mucho menos lioso conseguir una entrevista con un presidente de Gobierno que con un futbolista rico y famoso. Y, en caso de que la conceda, llega -infaliblemente- con un par de horas de retraso y no sólo no se disculpa, sino que muchas veces trata al entrevistador con el desdén de un príncipe con su paje.

Cristiano llegó tarde a la cita en Londres, a las siete de la tarde cuando debería haber estado a las seis, pero tuvo una buena excusa. Una huelga de controladores aéreos franceses le obligó a esperar tres horas en Madrid antes de que pudiera despegar su avión. Dado que estaba obligado a volver a la capital española esa misma noche para entrenarse con su equipo a la mañana siguiente, podría haber dicho a sus patrocinadores que se olvidasen de su evento y de su bota, que no venía. Pero, a diferencia de Rooney, que consideró que viajar desde Manchester era demasiada molestia, el portugués cumplió.

Bajo las luces del escenario, sin un balón a la vista, Cristiano se comportó no como un chulito malcriado, la imagen que el medio mundo que le odia tiene de él, sino como un chico de 25 años simpático y normal. Algo tenso al principio, tras las primeras preguntas ganó en confianza y naturalidad. ¿Qué jugadores había imitado? ¿Cómo querría que la historia le recordara?

"Yo no copio a nadie. Intento ser yo mismo, ser natural", respondió en un buen inglés; "quiero formar parte de la leyenda del fútbol. Cuando me retire, quiero que se me recuerde como un jugador fantástico y brillante".

Esto, fuera de contexto, podría muy bien alimentar el prejuicio anti-Cristiano. Pero, viéndole en persona, la sensación que daba era de un chico con un seductor puntito de ingenuidad, demasiado honesto para ocultar sus sentimientos. Leo Messi, su rival para el título de mejor jugador del mundo, jamás habría dicho semejante cosa. Siempre tan humilde el argentino. Pero seguro que piensa exactamente lo mismo.

Y tampoco es tan creído Cristiano. Reconoció que tiene mucho que mejorar en su juego, que no para de ensayar disparos con la zurda, lanzamientos de falta, todas las facetas de su juego: "Si crees que lo tienes todo, estás muy equivocado".

Pero quizá la sorpresa más grande fue ver la astuta profesionalidad con la que cumplió las responsabilidades que le exigen sus patrocinadores. Dijo que le encantaría volver a jugar en el mismo equipo que Rooney (jugador Nike); que sigue teniendo "una gran relación" con Alex Ferguson, Nani y el resto de la plantilla del Manchester United (equipo Nike), y, en respuesta a la pregunta de cómo es que juega con tanta tensión y velocidad, lo primero que contestó fue: "Mis botas". Lo listo que es lo demostró cuando le preguntaron qué deportista pagaría por ver. Sin parpadear, contestó "Tiger Woods", que, tras sus líos matrimoniales, ha sido abandonado por prácticamente todos sus patrocinadores, salvo, claro, por Nike.

Al final de la rueda de prensa, Cristiano se despidió de los periodistas con una sentida disculpa por haber llegado tarde. Insólito. Resulta que no sólo es una divinidad del fútbol. Es un ser humano también.

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