El Cabanyal, "casa por casa"
Los socialistas convierten el barrio de Valencia en el núcleo de una estrategia basada en la movilización de la opinión urbana
Por primera vez en mucho tiempo los cuadros del PSPV-PSOE se echan a la calle con la campaña Derribar tu casa, prolongar el abuso, que apoya la orden del Ministerio de Cultura de paralizar el plan municipal del barrio de El Cabanyal-Canyamelar de Valencia porque supone un expolio del patrimonio histórico. Una orden que ha enfrentado al Gobierno con el Ayuntamiento y la Generalitat hasta quedar en manos del Tribunal Constitucional.
El pasado domingo, los socialistas instalaron 17 mesas repartidas por toda la ciudad, donde concejales, diputados y otros cargos repartieron folletos y carteles. El lunes, el secretario general del PSPV-PSOE, Jorge Alarte, reunía en la sede socialista de Poblats Marítims a la cúpula del partido con la ejecutiva de Valencia, que preside la portavoz municipal, Carmen Alborch, y de la que es secretario general Salvador Broseta. Allí corroboró el mensaje de que El Cabanyal es una causa prioritaria que va a llevar hasta el final.
El conflicto es un elemento de erosión para Barberá tras 19 años sin desgaste
"Es imposible que un movimiento así no esté integrado en el barrio"
"Ahora mismo, el nivel de movilización de nuestro partido en la ciudad de Valencia, al margen de periodos electorales, es inédito", confiesa un miembro de la dirección del PSPV-PSOE al explicar el ambiente en una organización que Alarte disolvió el año pasado para volver a refundarla hace sólo unos meses. "Esto debería ser una norma y no una excepción".
El conflicto supone una brecha, un elemento de erosión, para Rita Barberá, que tras 19 años en la alcaldía no ha acusado hasta ahora ningún desgaste significativo. En momentos de crisis, que la alcaldesa proponga derribar y no rehabilitar un barrio histórico traslada a los ciudadanos una imagen clara de la política depredadora -desde el punto de vista urbanístico- que ha puesto en práctica el PP. "¿Abrir una avenida para repetir la operación de Cortes Valencianas? ¿Añadir más pisos a los 150.000 que ha dejado vacíos la crisis inmobiliaria?", se pregunta un dirigente. "El Cabanyal tiene un valor simbólico y pedagógico. El PP persiste en una economía basada en el urbanismo. Nosotros defendemos un modelo distinto, que enfoca la ciudad por su valor patrimonial, social, de turismo de calidad...".
Pero hay mucho más tras un asunto que los socialistas descartan de entrada que vaya a suponerles, por sí mismo, más votos en la capital. "Estamos haciendo estudios cualitativos de opinión y revelan que la mayoría de los vecinos de El Cabanyal perciben en la degradación del barrio una responsabilidad de Barberá, no ven claros los derribos y rechazan las prácticas con las que se presiona a los propietarios para que vendan sus casas. Fuera de El Cabanyal, la receptividad a esos argumentos es todavía mayor", alegan desde la dirección socialista. "Nos importa mucho trabajar en ese nivel. Con la iniciativa de repartir 300.000 folletos por los buzones, poner carteles y salir a la calle, hemos obligado a Barberá a venir al mismo terreno. Más allá de la manipulación abrumadora de Canal 9 y todo su aparato mediático, del victimismo de Camps y de la utilización de las Cortes contra el Gobierno, la alcaldesa tiene que bajar del despacho, organizar a sus fieles y convencer a la gente casa por casa, como los demás. Ahí es donde la queremos ver".
No es ajeno al planteamiento el hecho de que Alarte haya sido alcalde. Y siempre ha dicho que para llegar a la Generalitat, la ciudad de Valencia es vital desde el punto de vista electoral. "Hay una diferencia enorme, una desproporción", reconoce un miembro del aparato del PSPV-PSOE, "entre la capacidad de fuego del PP y la nuestra. Otra cosa es la movilidad". Y añade: "Alarte está visitando las ciudades de más de 20.000 habitantes, en las que hacemos después una campaña de información. Es una estrategia de marketing directo, de comunicación local, en la que vamos a persistir".
En El Cabanyal, además, la dirección socialista está convencida de que Barberá cometió un error fatal. "Es verdad que no se habría producido si Carmen Alborch no hubiera apostado fuerte por la defensa del barrio ante el ministerio, ante el propio partido y ante la ciudadanía. Pero el PP se equivocó", afirma un estratega del PSPV, "al reaccionar con las vísceras, improvisar el decreto del Consell que levantaba la declaración de Bien de Interés Cultural y dar pie a que el conflicto acabara en el Constitucional. Podían haber recurrido la orden del ministerio para, después, forzar algún tipo de negociación".
"Es bien sabido", concluye con sorna el estratega socialista, "que las mejores batallas son aquellas que sabes que tienes ganadas antes de empezar".
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