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La patronal fresera pide más contratos en origen

La Junta insiste en primar la mano de obra local

La campaña de recolección de la fresa en la provincia de Huelva, que ya ha comenzado en algunas zonas del Condado, se ha convertido este año, debido a la crisis económica y al temporal de las últimas semanas, en un quebradero de cabeza. Por un lado, la asociación Freshuelva, que representa al 80% de la patronal fresera, considera insuficiente el cupo de contratos en origen -3.000 mujeres marroquíes- aprobado, hasta el momento, por el Gobierno central.

"No serán suficientes para cubrir la demanda. Necesitaremos muchos más", aseguró ayer Alberto Garrocho, presidente de Freshuelva. Las administraciones -central y autonómica- insisten, por su parte, en que debe priorizarse la mano de obra local -nacionales y extranjeros con papeles-, para aliviar de alguna forma, aunque sea temporal, el drama del desempleo.

Freshuelva cree insuficientes los 3.000 contratos apalabrados fuera
Sólo 1.700 temporeros locales han solicitado acudir a la recogida

La cifra que arroja el GEA -la herramienta informática que pone en contacto a peones con empresarios-, sin embargo, no es demasiado esperanzadora. Hay tan sólo 1.700 trabajadores locales inscritos. La Junta de Andalucía pide confianza a los empresarios y asegura que el cupo de 3.000 marroquíes se podría ampliar en caso de necesidad pero lo esencial, insisten, es "la priorización de locales". Por otro lado, las asociaciones de inmigrantes denuncian una posible discriminación a la hora de contratar.

Los datos son los siguientes: La recolección de la fresa requirió en campañas anteriores unas 80.000 personas para cubrir las casi 7.000 hectáreas de terreno cultivado. Debido a las pérdidas de este año (las lluvias han destrozado un 35% de la producción según Freshuelva), se necesitarían unos 65.000 aproximadamente. De ellos, más de 50.000 estarían ya fidelizados, es decir, son españoles o extranjeros legalizados que adquirieron su compromiso con los empresarios en campañas precedentes. El margen restante (entre 10.000 y 15.000) son las personas que deben contratarse durante estos días. Y aquí estriba el conflicto. El intervalo se pretende cubrir con locales pero el GEA sólo cuenta, de momento, con 1.700 personas. La Junta recuerda, a su vez, que el Servicio Andaluz de Empleo tiene unas 20.000 personas en situación de desempleo agrario que podrían incorporarse a las labores del campo.

Desde la patronal matizan que "no es cuestión de cifras sino de voluntad, es decir, que los que se inscriban, realmente finalicen las campañas y no abandonen a mitad de la jornada". Además, temen que los locales -"con voluntad o sin ella"- no sumen la cifra necesaria. "Los préstamos de nuestros bancos no entienden de temporales", resume Francisco Contreras, presidente de la Federación Andaluza de Empresas Cooperativas Agrarias. Desde Freshuelva se apunta a un segundo problema: de las 3.000 marroquíes que podrían viajar en las próximas semanas, 1.500 serán repetidoras y 1.500 nuevas. Los empresarios prefieren a peones que ya conocen de años anteriores porque, en palabras del presidente de Freshuelva, "según está el sector (30% de pérdida en producción y 35% en precios) no podemos experimentar". Todos los implicados, eso sí, coinciden en algo: la lluvia no sólo ha afectado las plantaciones sino también el ánimo. "El pesimismo es total", afirma Juan Antonio Millán, presidente de la Comisión Onubense de Municipios con Inmigración. Cada sector, mientras tanto, va moviendo sus fichas: los empresarios quieren asegurar las plantillas. Los locales pretenden optar a un trabajo agrícola pero sopesan si compensa renunciar a la prestación por desempleo. Las asociaciones de inmigrantes exigen imparcialidad. La Junta pide calma.

El número de extranjeros contratados en origen ha ido adelgazando con los años. El pico más alto se alcanzó en 2005 con 35.000 jornaleros procedentes de otros países. El boom inmobiliario se había llevado la plantilla local al sector de la construcción. Desde entonces, ha ido bajando mientras aumentaba la incorporación nacional. El año pasado viajaron por estas fechas 11.000 personas de otros países. Este año, todavía, ninguna.

Las experiencias en captación de desempleados locales no han sido demasiado exitosas en los últimos meses. De las 11.000 personas necesarias para la campaña de la siembra de frutos rojos, entre octubre y noviembre pasado, el número de temporeros necesario era de 11.000. La Junta ofertó 2.582 puestos a 13.500 desempleados pero sólo se cubrieron 1.500. La realidad arruinó las previsiones de la Delegación Provincial de la Consejería de Empleo, que había asegurado semanas antes que conseguirían tres candidatos por vacante. Puede que la situación haya cambiado para la recogida. El 25% de paro en Andalucía no deja muchas opciones. "Ya no hay trabajo malo", recalca un empleado agrícola procedente de la construcción. Las nuevas incorporaciones agrícolas, según Empleo, son las esposas de los desempleados, que antes se dedicaban al trabajo doméstico y, por necesidad económica, se están incorporando a la recolección.

Contratos en origen

- Año 2000. Boom inmobiliario. Los trabajadores locales abandonan el campo y se trasladan al sector de la construcción. Comienza a hacer falta mano de obra extranjera.

- Año 2005. Se produce el pico más alto de contratos en origen (34.000 extranjeros)

- Año 2006. La cifra va disminuyendo mientras la incorporación de locales (nacionales y extranjeros en situación legal) aumenta progresivamente.

- Año 2007. Países como Rumanía y Bulgaria entran en la Unión Europea. Los trabajadores de estos países comienzan a formar parte de la mano de obra local.

- Año 2008. El número cae hasta los 20.000 temporeros procedentres de otros países.

- Año 2009. Se realizan tan sólo 11.000 contratos, mayoritariamente en Marruecos.

- Año 2010. Se reserva un cupo de 3.000 marroquíes, que todavía no se han desplazado a Huelva.

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