_
_
_
_
Reportaje:

La cruz de la discordia

El proyecto del Ayuntamiento de Beneixama de retirar los símbolos religiosos y franquistas divide a los vecinos

Beneixama es una población del Alt Vinalopó de apenas 1.900 habitantes. El Ayuntamiento, gobernado por una coalición de PSPV-PSOE y Junts per Beneixama, aprobó en el pleno del 28 de enero reformar la Glorieta, donde está la iglesia y una Cruz a los Caídos, que se levantó tras la Guerra Civil. Las obras, presupuestadas en 288.000 euros, se pagarán por el Plan de Obras y Servicios de la Diputación de Alicante. El arquitecto, José Ramón García Pastor, diseñó un espacio diáfano y moderno que prescindía de los elementos religiosos.

El proyecto ha levantado ampollas, y en unas semanas se han recogido 919 firmas en contra. "Ha sido espontáneo, la gente está en contra de modificar una plaza con 200 años de historia, sin consultar y sin consenso", asegura la portavoz del PP, María Ángeles Rivas, que llevó las firmas al registro municipal. La alcaldesa socialista, Amparo Barceló, no entiende la polémica. "Desaparecen las barreras arquitectónicas y aquellos símbolos que pueden ofender a gente que sufrió la Guerra Civil", dice sobre la Cruz de los Caídos. "Además, vivimos en un Estado laico, aconfesional en el que las cruces sobran, y estamos cumpliendo con la Ley de la Memoria Histórica", añade.

En unas semanas 919 vecinos han firmado contra el proyecto
La alcaldesa, del PSPV, prepara un acto para explicar la obra

La polémica Cruz a los Caídos está ubicada en el centro de la plaza rodeada de una verja, las inscripciones que hacían referencia a los muertos del bando franquista se quitaron hace unos años. "Sin la Cruz la plaza carece de personalidad, nosotros apoyamos la reforma y mejora, pero exigimos que se mantenga la esencia", agrega la portavoz del PP.

La recogida de firmas se ha acompañado de la colocación en algunos balcones de pancartas en las que se lee Salvem la Glorieta. La alcaldesa atribuye toda la polémica a maniobras del PP que extendió falsos rumores. "Se decía que íbamos a poner unas escaleras y la gente no podría ir a misa, que no habría entierros o que en la plaza iría un aparcamiento subterráneo, todo falsedades", asegura Barceló, que añade que muchos de los vecinos que han firmado acuden al Ayuntamiento al sentirse "engañados". La alcaldesa recuerda que todos los partidos llevaban en su programa electoral la reforma de la Glorieta, y que el proyecto ha sido modificado de acorde con el entorno. Se planteó un espacio muy moderno, con nuevos materiales, y se cambió por materiales nobles, en sintonía con la Ermita de la Divina Aurora, y en el centro, en lugar de la Cruz, un mosaico con astros solares.

La Diputación, en manos del PP, quiere que el proyecto, ya aprobado en pleno, se modifique y respete los elementos religiosos. Barceló advierte que no aceptará "chantaje" y prepara un acto con los vecinos para explicar la obra.

Imagen de la glorieta de Beneixama con la cruz de los caídos.
Imagen de la glorieta de Beneixama con la cruz de los caídos.CIO / PACO GRAU

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_