"Quiero que todos seamos jugadores sucios"

Marko Jaric (Belgrado, Serbia; 31 años) acompaña cada frase con gestos firmes. Acaba de terminar un entrenamiento en el que ha corregido con la máxima autoridad a sus compañeros del Madrid, con los que lleva dos partidos perdidos seguidos. Es campeón mundial y europeo con la antigua Yugoslavia y ganador de la Copa de Europa y de la Liga italiana con el Bolonia. No es ése el origen de su ascendiente. Camino de la Copa del Rey, que arrancará mañana, Jaric lidera desde el ejemplo. Preguntado por los museos de Madrid, advierte: "No he tenido tiempo para nada. Estoy aquí para jugar y ganar. No quiero desperdiciar mi energía".

Pregunta. Su padre, Srecko Jaric, también fue jugador.

Respuesta. Nunca me empujó hacia el baloncesto, pero me dijo: "Si quieres ser jugador, asegúrate de dar el ciento por ciento. Si no, haz otra cosa y también da el ciento por ciento. No abandones. No te sientas satisfecho con el éxito. No busques excusas". En mi carrera me he dado cuenta de que tenía razón: lo más fácil es encontrar excusas. Ése es nuestro enemigo más grande en el baloncesto y la vida. Es más fácil decir: "No hice esto porque...". Tienes que observar los hechos y ver si has dado todo lo que podías. En ese caso, todos tenemos un límite. No todos podemos ser Michael Jordan. Cuando acabe mi carrera, quiero estar seguro de que hice todo lo que estaba en mi poder para conseguir lo mejor que había a mi alcance.

"Hay que hacer lo que sea para ganar. Al llegar, vi falta de carácter en el equipo"

"Que dijeran que ya no me gustaba jugar fue la mayor ofensa. Me enloqueció"

P. Hay jugadores que se dedican a insultar a los rivales, buscar roces, provocar... ¿Son necesarios para un equipo ganador?

R. ¿Un jugador sucio? Por supuesto que son necesarios. Prefiero sinceramente que todos seamos jugadores sucios. No deberíamos tener uno solo. Si sólo tienes un tipo así, es muy fácil para el árbitro verlo. Si todos jugamos muy agresivos, muy sucio... Entonces, mire, el árbitro no puede pitar un millón de faltas. Si ésa es nuestra mentalidad como equipo, no jugar sólo sucio, porque nunca intentaría lesionar a nadie, y hay jugadores que, de hecho, intentan golpearte, hacerte daño... Hay que hacer cualquier cosa para ganar. Lo que sea. Me gustan mucho los jugadores así.

P. ¿Qué le faltaría al Madrid si usted no estuviera en la pista?

R. Sería muy egoísta responder. Ofendería a mis compañeros.

P. Entonces, ¿qué debilidades vio en el Madrid cuando llegó?

R. Definitivamente, falta de carácter. Cuando estábamos ganando, todo el mundo era feliz. En cuanto empezamos a perder, por cinco o diez puntos, todos empezaron a darlo por perdido. Tenemos grandes jugadores con mucho carácter, pero pensamos: "Con tantos buenos jugadores, esto no va a ser mi culpa, va a ser culpa de otro". Sólo nosotros podemos ayudarnos.

P. En la NBA, donde usted ha jugado para Minnesota, Memphis y Los Ángeles Clippers, los europeos tienen fama de blandos.

R. Hay que adaptarse. Es una Liga de hombres. No hay sitio para los lloros, para decir: "Soy un jugador de equipo". Yo lo soy, pero, si en tu equipo nadie lo es, ¿qué hacer? Necesitas adaptarte y jugar como ellos. No es fácil, pero los más fuertes sobreviven.

P. ¿Qué le dice a Velickovic?

R. Él y otro par de jugadores jóvenes que tenemos son muy buenos. Les he dicho que la diferencia de jugar para el Madrid es que todos los partidos cuentan, que no puedes jugar un partido bien, que hay que jugarlos todos bien. Hay que ganarles a todos. Eso, con todo el respeto, no ocurre, por ejemplo, en el Murcia. En el Madrid todos los que jueguen contra ti querrán arrancarte el corazón, quitarte el sitio. Hay que ser capaz de actuar a cada segundo porque, si tú no estás preparado, hay uno en el banquillo que sí lo está.

P. No jugaba desde marzo de 2009. ¿Qué hizo hasta ahora?

R. De verdad quería ser traspasado. Cuando hablé con el manager de los Grizzlies, me dijo: "Marko, en la NBA hay mucha gente a la que le gustas como jugador, pero que se pregunta: '¿Le sigue gustando jugar al baloncesto?". Ésa es la mayor ofensa que se me puede hacer. Sé cuánto amo este juego, lo duro que trabajo, lo que me sacrifico... Que me dijeran eso me puso furioso, me enloqueció. Estuve todo el verano trabajando. Estoy en forma físicamente.

P. ¿Qué quiere decir?

R. Que estar en forma para jugar me va a llevar un poco más de tiempo para ajustarme, para ser más fluido. Todavía estoy un poco pesado. Todavía no me siento cómodo. Necesito otro mes.

P. Hay muchos treintañeros en su equipo. ¿Aguantarán el reto de la Copa, que puede llevarles a jugar tres partidos en tres días?

R. Estamos preparados. Tenemos jugadores mayores, pero también muchos jugadores. No hay que olvidarse de eso. Tenemos la suerte de estar en un equipo que puede permitirse tener 12 grandes jugadores. Otros tienen cuatro o cinco.

P. El Madrid no gana la Copa de Europa desde 1995. ¿Por qué vino?

R. Tenía dos años más con un equipo [los Grizzlies] en el que no jugaba y que se estaba reconstruyendo con jóvenes. Marc Gasol, probablemente, sea el más viejo ahí. Me di cuenta de que la vida no es sólo dinero. Me siento muy hambriento. Muy ansioso por volver a jugar y a ganar.