El retorno de las OPV
El 'envejecimiento' de las carteras de las sociedades de capital riesgo activa una nueva ola de desinversiones y salidas a Bolsa en los próximos meses
La larga sequía de las OPV (ofertas públicas de venta de acciones) vivida por la Bolsa española en 2008 y 2009 (año en el que no hubo ninguna colocación al margen de las dos del mercado alternativo para pymes MAB) empieza a tocar a su fin. Todo indica que los primeros protagonistas de esa nueva ola de desembarcos en el parqué, que tendrá lugar en los próximos meses, serán las sociedades de capital riesgo. Ya suenan nombres como Amadeus y Mivisa (ya en proceso) o Telepizza,
Panrico, Cortefiel y Parques Reunidos, sobre las que, de momento, no hay confirmación oficial.
Tras dos años de crisis, sin posibilidad de hacer desinversiones a buen precio, el private equity empieza a tener carteras envejecidas, es decir, con participadas adquiridas antes de 2005 y de las que tiene ciertas ganas por desprenderse. En algunas de estas sociedades, las participaciones adquiridas antes del ejercicio citado son mayoría frente a las compras posteriores. Es el caso de Mercapital o CVC. Empresas como Cortefiel, Mivisa, Lan, Saprogal, Selenis, Panrico,
Hay dos operaciones de calado en puertas, las OPV de Amadeus y Mivisa
Wellenss o Ábaco fueron compradas entre 2002 y 2005. En otras como Cie Automotive, Zena, o Colomer, la inversión es anterior. Todo esto porque el mercado de desinversiones del capital riesgo ha caído en picado. Después de haber sumado 1.453 millones en 2007, se redujo a la mitad en 2008 (712 millones), para desaparecer durante 2009.
La necesidad de vender se explica por varias razones: una de ellas, la necesidad de hacer caja para nuevas inversiones o para reforzar financieramente otras empresas que puedan atravesar problemas. Además, algunos fondos utilizados para invertir en estas compañías se acercan a su vencimiento, lo que, según Ramón Cerdeira, presidente de ASCRI y socio de Ibersuizas, "mete cierta presión para vender, si bien siempre cabe la posibilidad de prorrogar el plazo del fondo en espera de mejores tiempos". Otra razón para desinvertir es que, tras seis o siete años de permanencia, las firmas de private equity consideran que su proyecto en una empresa tiende a estar finalizado.
El problema es que la esperada primavera de las OPV, si bien cerca, es posible que tarde un poco en florecer. Aún no se dan todas las condiciones para pilotar una colocación con éxito. "Estamos aún en la etapa de preparación", apunta Juan Díaz-Laviada, consejero delegado de
Advent. Hay que esperar, por ejemplo, a que los mercados bursátiles se estabilicen y suban. "Si hubiera un repunte de la Bolsa que permitiera obtener las rentabilidades esperadas por la venta de estas empresas, ya habríamos empezado a ver OPV", reconoce Cerdeira.
La estabilidad es fundamental, dicen. Y la volatilidad, mala. "Puede chafarte una colocación", asegura Alex Wagenberg, managing director de Carlyle en España. "Operaciones planteadas en 2006 y 2007 acabaron abandonándose por esta razón". Casos como los de Codere o Lanetro. Pero aún más decisivo es el apetito de los inversores, que algunos perciben aún flojo, lo que impide plantear operaciones de colocación en condiciones ventajosas. "Empieza a notarse apetito inversor en EE UU y Asia, donde hemos sacado seis OPV en las últimas semanas", dice Wagenberg, "pero en España el ambiente está aún frío".
Y ésta es la cuestión: se quiere vender, pero no a cualquier precio. Hay que retribuir adecuadamente al inversor del capital riesgo -fondos de pensiones, bancos, compañías de seguros...- si se quiere que sigan suscribiendo los fondos que se vayan lanzando. Y sus expectativas son elevadas. "En general esperan", dice Javier Echarri, secretario general de la EVCA, la patronal europea del capital riesgo, "rentabilidades del 12% al año, lo que significa doblar el capital en seis o siete años".
Dicho esto, nadie niega el vuelco del sector en las últimas semanas. "Mientras que el periodo que va del tercer trimestre de 2008 a septiembre de 2009 fue dramático", aclara García Alejo, "entre los meses de octubre y diciembre el mercado pegó un salto: estamos en plena normalización". En los tres últimos meses, las OPV en Europa alcanzaron, según el Observatorio Europeo de OPV de PriceWaterhouse, los 4.994 millones de euros, cuatro veces más que los 1.375 millones del tercer trimestre o los 1.238 millones del mismo periodo de 2008. No extraña que Citi,
Deutsche Bank o Bank of America se muestren optimistas: hay consenso en que las OPV en Europa podrían triplicarse este año respecto a 2009, lo que significa que podrían acercarse a los 20.000 millones de euros.
Aun cuando ese tímido despertar no ha llegado aún a España, Cerdeira está convencido de que "lo lógico, teniendo en cuenta lo que estamos viendo en Europa, es que aquí el sector empiece también a moverse". De momento, se perfilan ya dos operaciones de calado, las OPV de Amadeus y Mivisa. En especial Amadeus, que fue valorada en 4.340 millones en 2005, cuando fue sacada de Bolsa por BC Partners y Cinven, y que ahora alcanzará una valoración de 8.000 millones. Las dimensiones de la de OPV Amadeus colocarían a España entre los primeros mercados de Europa en OPV.
No hay que desdeñar la de Mivisa, una empresa de envases metálicos muy exitosa, adquirida en 2005 por CVC por 500 millones de euros. Cuenta con 2.200 empleados y facturó 482 millones en 2008, un 12% más que en el ejercicio previo. Respecto al resto de candidatos, sus posibles OPV son por ahora poco más que especulaciones. Algunas fuentes dudan incluso que compañías como Cortefiel o Telepizza puedan resultar atractivas para los inversores.
Lo que sí se da por hecho es una afluencia de empresas al MAB, que se estrenó en 2009 con Zinkia (animación) e Imaginarium (tiendas de juguetes). Se habla de entre 15 y 25 colocaciones en 2010, de las que las primeras serían Medcomtech (compañía de instrumental médico) y Gowex (telecomunicaciones).
De todos modos, insisten en el sector, lo importante no es tanto ponerle fecha a ese regreso en masa de las OPV, sino la confirmación de ese ambiente de optimismo. Y sobre el que hay pocas dudas. "Estamos convencidos de que va a ser un año de buenas operaciones", dice Echarri, de la EVCA. "Vamos a ver salidas a Bolsa, ventas a compradores industriales e incluso compraventas entre firmas de private equity". -
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