El sueño roto del piso para jóvenes
Beneficiarios de una promoción de Cádiz denuncian que su casa les cuesta el doble
Hace tres años Rocío Castro brindó con champán junto a la alcaldesa de Cádiz. Teófila Martínez, del PP, le acababa de entregar las llaves de su vivienda en el casco antiguo gaditano. Un piso en la calle Arricruz de 60 metros cuadrados. Cumplía un sueño: acceder a su primera casa junto a su marido y sus dos hijos, que ahora son ya tres. Pero ese sueño cumplido se ha tornado en una pesadilla. Su casa formaba parte de uno de los programas estrella del Ayuntamiento de Cádiz: promociones de vivienda en alquiler para menores de 35 años con opción a compra.
El Consistorio ha empezado a comunicar a los beneficiarios las condiciones para adquirir su domicilio pero el precio se ha disparado. "Nos dijeron que rondarían los 60.000 euros y ahora nos piden 120.000", denuncia indignada. Ahora teme que todo el dinero invertido en la casa de sus sueños se pierda y ella y su familia se queden en la calle.
"Nos dijeron que el precio rondaría los 60.000 euros y ahora piden 120.000"
Rocío Castro guarda su foto con la alcaldesa. También el recorte de prensa en el que el concejal de Vivienda, Juan José Ortiz, explicaba que el precio de estas casas rondaría los 60.000 euros. "Ha sido un error de apreciación", se justifica ahora el edil. "Nosotros hacíamos referencia a casas de unos 40 metros cuadrados y hemos aplicado el precio de referencia establecido por cualquier iniciativa municipal autonómica, que es de 1.743 euros por metro cuadrado", un precio más cercano a la media de una vivienda de renta libre que al de una de protección oficial. El Consistorio publicitó entonces el coste de la vivienda más pequeña, pero muchas de las casas incluidas en esta promoción superaban ese tamaño.
Por esta cuenta la vivienda de Rocío Castro costaría 104.580 euros, puesto que tiene 60 metros cuadrados, a lo que hay sumar el incremento que supone el IVA, lo que eleva el precio a unos 120.000 euros. "A nosotros nos dieron la casa porque teníamos la renta baja. Nos engañaron si ahora nos reclaman dinero como si fuésemos ricos". Este plan municipal establecía un plazo de cinco años para decidir si el adjudicatario quería comprar o no la casa. El dinero pagado por el alquiler sería descontado del montante total. "Sólo nos vale para pagar la diferencia que supone el IVA", protesta la joven. Ella está parada. El sueldo de su marido ronda los 1.000 euros. "Ningún banco nos da ninguna hipoteca por más de 100.000 euros. Alguno nos podría dar hasta el 80% pero tendríamos que pedir un préstamo personal, que nos denegarían", explica indignada.
Como ella otros 15 beneficiarios de estas promociones han decidido denunciar públicamente su situación. Algunos, como los residentes en la calle Goleta, han añadido quejas por el mal estado de sus inmuebles con goteras y filtraciones de agua nada más estrenar sus nuevas viviendas. Han recibido el apoyo del PSOE. "La empresa municipal de vivienda, PROCASA, está vendiendo casas como una agencia inmobiliaria. Vende a precio de mercado para financiarse y lucrarse a costa de estos jóvenes que se creyeron esta iniciativa del Ayuntamiento", lamenta la edil socialista Natalia Álvarez.
El PP se defiende. Cree que no se le entendió cuando habló de precio inicial de las casas. Lo atribuye a un error de interpretación. "El PSOE actúa de vocero para negar los méritos de un plan que fue pionero en España y que ha copiado hasta la Junta de Andalucía", protesta el concejal Juan José Ortiz. También recuerda a los adjudicatarios que el Ayuntamiento alcanzó un acuerdo con una caja andaluza para ofrecer a estos futuros compradores una hipoteca joven en condiciones ventajosas. Pero Rocío Castro niega la mayor. "El interés que piden es mayor que el que ofrece ahora cualquier banco. Nos engañaron y lo saben. Queremos una reunión y que nos aclaren nuestro futuro". Lo dice con los recortes en la mano. Los que anunciaban las condiciones ventajosas que ahora no han llegado. Y con la foto del brindis con la alcaldesa, de la que ahora se avergüenza.
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