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El hijo del albañil fallecido desvela la falta de seguridad

El juicio por la muerte del albañil Jesús Mera, fallecido en Cádiz a los 47 años tras precipitarse de un tejado en una finca en proceso de rehabilitación en 2007, avanzó ayer con la declaración de los testigos. Entre ellos, el hijo de la víctima, José Luis Mera, empleado en la misma obra.

El joven denunció que no existían medidas de seguridad básicas y que era costumbre del encargado de los trabajos consumir alcohol. "Se bebía hasta seis latas de cerveza", aseguró. Su primo, también compañero de faena, ratificó la declaración.

Los vecinos de los edificios colindantes revelaron que un mes antes habían denunciado los incumplimientos de prevención de riesgos laborales en esa casa pero, la Inspección de Trabajo y el Ayuntamiento de Cádiz no actuaron.

La acusación particular, ejercida por la familia del trabajador fallecido, pide siete años de cárcel para los cinco imputados: el dueño de la finca, el constructor y su socio, el arquitecto y el encargado de la obra, Juan Fernández.

El hijo del albañil estaba trabajando en la misma obra el día que su padre cayó desde una altura de 10 metros. "Él no quería trabajar en el tejado pero le mandaron", afirmó.

Jesús Mera no tenía contrato, como admitió el día anterior en el juicio el constructor. Tampoco había medidas de seguridad. "Se improvisaban. No había arneses y algunos nos sujetábamos los cinturones con cuerdas", desveló el hijo de la víctima.

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