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Entrevista:THOMAS MIROW | Presidente del BERD

"Hay riesgo de repetir errores por el dinero barato"

El Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) es un gran desconocido para muchos pero no para las empresas españolas que operan en los países del antiguo bloque del Este. De hecho, el BERD acaba de comprar este mismo mes un 25% de las filiales de Iberdrola Renovables en Polonia y Hungría. Al frente del banco está Thomas Mirow, francés de nacimiento (París, 1953) y alemán de formación y trayectoria. Mirow para poco en su despacho de Londres y la conversación transcurre vía telefónica, en la que defiende el doble mandato que tiene el banco: ayudar tanto a los países de la Europa del Este como a los Estados donantes de la entidad. Curioso para un banco de desarrollo.

Pregunta. Europa del Este ha sido de las regiones más golpeadas por la crisis. ¿Cómo afronta el futuro?

"Una cosa es reconocer los fallos del modelo y otro crear uno nuevo"
"Vemos más estrechez del crédito no amenaza de crisis bancaria"
"El sector privado de la región sí sufre el efecto 'crowding out', los Estados no"

Respuesta. Las perspectivas son algo mejores. Hemos elevado nuestra previsión de crecimiento en 2010 hasta el 3,3% desde el 2,5% de octubre. Esa revisión se debe, fundamentalmente, a un comportamiento mejor de lo previsto en cuatro grandes economías (Polonia, Turquía, Rusia y Kazajistán), mientras que las más pequeñas, que no tienen materias primas que exportar, van a mantener un crecimiento lento o en algunos casos, como los países del Báltico y Hungría, incluso negativo.

P. ¿Cree que se han aprendido las lecciones de la crisis?

R. Me atrevería a decir que muchos se han dado cuenta de los riesgos del modelo de crecimiento que tenían hasta que estalló la crisis pero, por supuesto, es mucho más difícil traducir eso en un nuevo modelo productivo. Eso significa depender menos de las materias primas, añadir más valor a la cadena de producción y supeditar menos su financiación al capital extranjero. Esas son las claves.

P. Así que corremos el riesgo de que los errores se repitan...

R. No diría tanto. Quizá hay riesgo de repetir errores por lo que se refiere a una excesiva dependencia del dinero barato y la liquidez fácil. Pero hace falta tiempo para asumir las consecuencias de la crisis no sólo en teoría sino para implementar los cambios necesarios y afrontar la nueva realidad.

P. La entrada en el euro, ¿sería positivo para los países que lo han solicitado o sería mejor esperar?

R. Mi tesis ha sido siempre que los países deberían hacer un esfuerzo adicional para unirse a la eurozona, sobre la base de cumplir los criterios de Maastricht. Pero debe ser una situación económica y políticamente sostenible ya sea en 2013, 2014 o en 2015. El mensaje fundamental es que el ingreso en el euro puede contribuir mucho a la estabilidad en la región, pero tiene que producirse sobre bases sólidas para no introducir nuevas debilidades en la zona euro y que acabe afectando a las economías de los nuevos países.

P. ¿Y qué riesgos afrontan?

R. El primero, sin duda, es una nueva desaceleración de los precios de las materias primas, de las que países como Rusia y Kazajistán son muy dependientes especialmente de los precios del petróleo, el gas y de los metales. Y eso, a su vez, está muy supeditado a la evolución de la economía mundial. En segundo lugar, creemos que la cartera de créditos de los bancos es ya muy elevada y eso mermará su capacidad para proporcionar la financiación que los países necesitan para salir de la crisis. Además, todavía esperamos que afloren más créditos impagados y por supuesto mayor desempleo. Todos estos factores pueden darse a la vez y reducir nuestras expectativas actuales. Eso sin olvidar que siempre puede haber episodios externos de algún país de la eurozona que tenga efectos contagio sobre la región. Lo hemos visto con Grecia.

P. ¿Cómo les están afectando esos problemas?

R. Los bancos griegos juegan un importante papel en algunos países, especialmente en el sureste europeo. Por el momento, no ha tenido mucho impacto porque las dificultades de los bancos se restringen al ámbito doméstico. Pero los mercados de capitales están siguiendo los problemas de Grecia con mucha precaución y el contagio puede venir más por ahí, por el mercado de bonos y un aumento del riesgo soberano.

P. ¿Cuál es la situación general de la banca en la región?

R. Pues hay varios bancos europeos importantes, desde el punto de vista sistémico, que están reestructurando créditos, ajustando sus cálculos de riesgo, y todo eso está provocando un frenazo en la oferta crediticia. Su actividad se dedica más a refinanciar exposiciones ya existentes que a sufragar nuevos proyectos o a nuevos clientes.

P. ¿Puede eso derivar en una segunda oleada de inestabilidad bancaria en la región?

R. No, no lo vemos. Lo que sí vemos claramente es una mayor estrechez del crédito a familias y empresas, pero no inestabilidad.

P. ¿Creen que los diferenciales de riesgo de la región reflejan la realidad de las economías?

R. Hay muchas diferencias entre unos países y otros. Luego están, no olvidemos, los episodios externos de los que hemos hablado y que tienen un impacto en los spreads. Pero es verdad que hay países a los que los mercados miran con especial atención, como Ucrania, donde se está a la espera de la segunda vuelta de las elecciones y otros que también celebrarán elecciones en breve. Dicho todo esto, la verdad es que los países no están teniendo dificultades para emitir bonos y obtener la financiación que necesitan.

P. Pero los países desarrollados están realizando al mismo tiempo emisiones de deuda ingentes, tanto a nivel soberano como corporativo.

R. No hemos percibido por ahora que los países tengan grandes dificultades en los mercados. Los riesgos de ese efecto crowding out [expulsión] que menciona no se han materializado a nivel soberano. Sí se percibe más ese impacto a nivel del sector privado. Ellos sí lo sufren.

P. ¿Cuál es ahí el papel del BERD?

R. En este último mes hemos proporcionado liquidez a muchos bancos. Ahora probablemente se trate menos de dar liquidez y más de asegurar la necesaria recapitalización de la banca. También ayudamos a que se recupere el crédito con apoyo, especialmente a las pequeñas y medianas empresas. Pero queremos abrir el debate sobre cómo alcanzar el equilibrio entre la necesidad de préstamos en divisa extranjera y prevenir al mismo tiempo que se tomen posiciones demasiado arriesgadas, ayudando a construir mercados de capitales locales en esos países.

P. ¿Ha logrado un acuerdo para aumentar el capital del BERD?

R. La decisión tiene que tomarse definitivamente en la asamblea anual del banco que se celebrará en mayo en Zagreb. Todavía estamos en pleno proceso de negociación, pero creo que las conversaciones van bien.

P. ¿También con el Gobierno español?

R. He podido hablar con la vicepresidenta Salgado la semana pasada en Madrid y creo que estaba dispuesta a apoyar nuestros esfuerzos. Aunque debe ser ella la que aclare su posición, creo que tuvimos una reunión muy satisfactoria.

Thomas Mirow.
Thomas Mirow.

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