Un elefante del Circo Mundial hiere a su domadora durante el espectáculo
El animal resbaló en la pista y le clavó un colmillo en la pierna
Un "oooooooh" intermitente recorre una carpa medio vacía. La sirena acróbata se retuerce en el aro, se cuelga boca abajo, se flexiona hasta rozar lo sobrenatural. Y entonces, cuando la piscina que tiene bajo sus pies se enciende en llamas, plaf, se deja caer entre el fuego. Y vuelve a emerger, como si nada. Niños y no tan niños cierran la boca y rompen a aplaudir. El espectáculo debe continuar, dice el lema. También en el Gran Circo Mundial, que ayer por la tarde funcionaba con normalidad después del accidente que, poco después del mediodía, llevó a una domadora de elefantes al hospital de La Paz con una herida abierta en la pierna.
Sucedió en pleno espectáculo. Alexia, belga de 40 años, estaba acabando el número que hace con su hija Merry-Lu, de 18 años. Las dos estaban subidas a uno de los elefantes, ya saludando. Al parecer había agua en la pista. El animal resbaló, se desequilibró y clavó el colmillo en el gemelo de Alexia. Así lo contaba ayer el director del circo, José María González, la propia Merry-Lu y el marido de Alexia, el domador alemán René Casselly, que estaba dirigiendo el número, en el que participan cuatro elefantes africanos. El público no se enteró de nada. Alexia incluso hizo el saludo de despedida, explicó González. Después tuvieron que llevarla a su caravana, donde al quitarle la malla se dieron cuenta de lo grave que era la herida.
Los sanitarios del Summa que la atendieron creyeron que tenía una fractura abierta de tibia y peroné y la trasladaron en UVI móvil al hospital de La Paz, informó un portavoz de Emergencias 112. Una portavoz del centro aclaró por la tarde que no había fractura, sino herida. Los médicos la estaban interviniendo y estaba fuera de peligro. "Suerte que el elefante tiene bolas de acero cubriendo el colmillo; si no, con la punta afilada hubiera sido muy peligroso", aseguró González. La función, que había empezado a mediodía y a la que habían asistido unas 1.000 personas, según el director, no se interrumpió.
"Con mi madre el número es mejor. Ahora lo tengo que hacer yo todo y me canso más, subiendo y bajando de los elefantes todo el rato", contaba Merry-Lu, todo sonrisas y en un español titubeante, en un descanso de la primera función de la tarde. "Mi madre está bien. No tiene nada roto", decía entre estiramientos de espalda. Incluso se prestó a subirse al elefante que había tenido el accidente para posar frente a los fotógrafos.
Con Alexia en el hospital, el resto de la familia Casselly siguió con el espectáculo. También el elefante, un ejemplar de 25 años y 5.000 kilos llamado Mambo. "Son de nuestra familia. Mambo está conmigo desde que tenía dos años. Quiere mucho a mi mujer", explicaba René mientras acompañaba a los elefantes a su carpa climatizada. "El propio animal se ha asustado cuando se ha resbalado. Después, cuando se ha quedado mi hija sola en la pista, miraba buscando a mi mujer". El director insistía: "Llevo 52 años en el circo y nunca he visto que un elefante hiciera daño a nadie".
René Casselly, que pertenece a la sexta generación de una familia de domadores, es muy conocido en el mundo del circo y sus espectáculos con elefantes y caballos han ganado premios internacionales.
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