Momentos de inspiración
Media hora excelsa da al Villarreal la victoria sobre un Zaragoza que se rehizo al final
Media hora de pasión, dulzura y acierto le valieron al Villarreal para vencer a un Zaragoza mediocre en el juego y nefasto en la defensa, pero digno en la desventaja. Tres goles marcaron los de Valverde en unos 25 minutos intensos, llenos de gracia y puntería.
Ante un Zaragoza deprimido, encontró el Villarreal sensaciones de grandeza. Por momentos. Preciso en el primer acto, apareció en el segundo el equipo intermitente de esta media temporada extraña. Intenso, equilibrado, veloz y matemático, lo que quiere Valverde, se mostró el conjunto castellonense al principio. Viró la contienda tras el descanso. Con orgullo y arrebato el Zaragoza arrinconó al Villarreal y cuestionó el resultado con los goles de Eliseu y Lafita, que quedaron en nada con un último de Ibagaza.
VILLARREAL 4 - ZARAGOZA 2
Villarreal: Diego López; Ángel (Gonzalo, m. 84), Godín, Marcano, Capdevila; Cazorla, Senna (Cani, m. 71), Bruno, Pirès (Ibagaza, m. 64); Rossi y Nilmar. No utilizados: Oliva; Escudero, Fuster y Llorente.
Zaragoza: Carrizo; Diogo, Pulido, Jarosik, Paredes (Pennant, m. 62); Ponzio, Gabi (Kevin, m. 84); Eliseu, Jorge López (Arizmendi, m. 30), Lafita; y Suazo. No utilizados: Pablo; Goni, Pavón y Babic.
Goles: 1-0. M. 3. Capdevila, tras un rechace. 2-0. M. 19. Nilmar eleva ante Carrizo. 3-0. M. 25. Rossi, solo ante Carrizo. 3-1. M. 74. Eliseu, a jugada de Suazo. 3-2. M. 81. Lafita, de cerca. 4-2. M. 86. Ibagaza.
Árbitro: Teixeira Vitienes. Amonestó a Gabi, Diogo, Ponzio, Cazorla y Eliseu.
Unos 17.000 espectadores en El Madrigal.
Siempre hay que tener en cuenta a Capdevila cuando se encuentra en el área contraria en cualquier jugada a balón parado. Lanzó un saque de esquina el Villarreal y el despeje corto de la defensa cayó a pies de Cazorla. El asturiano disparó fuerte y colocado con su pierna izquierda y Carrizo, en un gran escorzo, desvió como pudo. El esférico repelió en el poste y Capdevila, que pasaba por ahí, empujó a gol, el cuarto de la temporada. Se llevaban tres minutos y el Zaragoza ponía en evidencia que defenderse no es lo suyo, que por algo es el equipo más goleado de la Liga: 41.
Quedaba abierto el choque de la necesidad entre un equipo en busca de su identidad, el Villarreal, y otro con mil dudas y el agua al cuello, el Zaragoza. Y la sangría podría haber sido mayor si Teixeira Vitienes hubiese decretado penalti en un atropello de Jarosik a Rossi. Con todo perdido, optó Gay por introducir armamento en el ataque. Entró Arizmendi, delantero con escaso gol, nada nuevo en el Zaragoza. Por algo es el penúltimo. Un apetitoso aperitivo para un Villarreal hambriento que en partidos como el de ayer le ayudan a recordar quién puede llegar a ser. Aunque sea por instantes.
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