"A diferencia del equipo del año pasado, ahora hay entrega y unidad"

Valero Rivera (Zaragoza, 1952) afronta a partir de hoy su segunda cita importante al frente de la selección española de balonmano, el Campeonato de Europa de Austria -España debuta en Neustadt a las 18.15 (Teledeporte) contra la República Checa en un grupo en el que también están Hungría y Francia-. Su estreno en el Mundial de Croacia, en 2009, se saldó con la 13ª posición, un pésimo resultado. Ahora, con más tiempo de preparación, ha conseguido incorporar al conjunto nacional los valores básicos que le permitieron convertir al Barcelona en el mejor del mundo en los años 90: entrega total y unidad en el vestuario. "Ahora tenemos un equipo", proclama.

Pregunta. ¿Cómo afronta este Europeo? ¿Tiene dudas? ¿Siente presión?

"Necesitamos ganar un partido importante. Entonces cogeremos confianza"

"Todo se resolverá por muy pocos goles. Será muy difícil llegar a las semifinales"

Respuesta. Voy con toda la ilusión. Presión, la lógica. Pero estoy muy tranquilo porque sé que hemos hecho un buen trabajo, que llegamos preparados y que los resultados no siempre dependen de eso, sino de otras circunstancias, como algunas decisiones arbitrales o meter un gol o no meterlo en un momento determinado.

P. Su primera experiencia, en el Mundial de Croacia, concluyó con una mala actuación.

R. Ha pasado un año de aquello. Hemos hecho una gran clasificación para el Europeo. Es un tema del que no quiero hablar más. Entonces llegamos muy justos de preparación, sin haber tenido tiempo para nada, puesto que acababa de salir presidente Juan de Dios Román y acababa de nombrarme seleccionador. No pudimos entrenarnos. Llegamos, jugamos mal, perdimos y ya está olvidado. Creo que todos debemos pensar en el futuro.

P. ¿Qué ha cambiado de un año a otro?

R. Bastantes cosas. El equipo es mucho más sólido y maduro que entonces. En el torneo de París hicimos varias pruebas y tuvimos momentos buenos en el ataque, aunque nos faltó regularidad. No estuvimos bien en el lanzamiento. En la defensa tuvimos problemas en la zona central con los pivotes. Pero creo que contra Islandia, subcampeona olímpica, hicimos un partido muy digno, en el que quedó patente que el equipo es otro. Sólo nos falta una gran victoria para coger confianza y confirmar que hemos trabajado en la buena dirección.

P. ¿Cómo lleva la renovación del equipo?

R. Desde el Mundial hasta ahora hay ocho jugadores nuevos que aportan juventud.

P. ¿Qué es lo que más destacaría de esta nueva selección?

R. Dos cosas: que los jugadores se entregan a fondo en el trabajo y que están muy unidos. Con eso quiero decir que la selección es un equipo dentro y fuera de la pista. Para mí, eso es lo más importante y es de lo que estoy más satisfecho. Lógicamente, con eso no basta. Pero ésas son las bases para ganar.

P. Ésta había sido siempre la primera premisa en aquel Barça al que convirtió en un dream team y con el que ganó 57 títulos.

R. Está claro. Fue mi forma de trabajar y pienso que la entrega y esta unidad se han convertido en un elemento diferencial de nuestra selección actual en relación con la del año pasado. Pero, insisto, necesitamos ganar un partido importante. Y el primero del Europeo, contra la República Checa [hoy], será crucial.

P. ¿Qué aporta Sterbik [el portero húngaro-serbio del Ciudad Real que se ha nacionalizado español]?

R. Es uno de los dos mejores del mundo y mejora a cualquier equipo. Pero sus actuaciones dependerán en gran parte de que seamos capaces de realizar buenas defensas y de las dificultades que pongamos al ataque contrario.

P. ¿Cuáles son sus sensaciones personales?

R. Mis reflexiones íntimas son que llevamos un año trabajando mucho, con intensidad, formando un equipo dentro y fuera de la pista. Si ganamos un partido importante cogeremos confianza y todo mejorará.

P. ¿La falta de tiro exterior es el gran problema en el ataque?

R. Sí, pero todos los equipos tienen algún punto débil. Nosotros tenemos muy buenos jugadores para jugar bien y meter goles. Tenemos bazas para jugar con solidez en el ataque y encontrar soluciones, trabajando bien con la segunda línea y moviendo el balón con velocidad de un lado a otro, que no pasen por el lanzamiento de nueve metros para marcar.

P. Analice a los rivales de la primera fase.

R. Los checos tienen un extraordinario jugador, Jicha, en el centro, y a otro muy bueno en el extremo, Filip. Es un equipo potente, duro en la defensa, difícil de atacar, especialmente si hay permisividad arbitral; y en el ataque, además de esos dos, hay otros capaces de fintar o lanzar. La República Checa ya está demostrando que tiene mucha calidad. Para nosotros será un partido que marcará nuestro futuro en la competición. Hungría es un equipo diferente porque juega sin Laszlo Nagy. Veremos cómo se ha recompuesto. Y Francia está por encima de los demás. Cuando me han preguntado sobre los semifinalistas, siempre he dicho: Francia y tres más. Va un paso por delante: muy buena defensa, muy buen contraataque, un ataque posicional buenísimo y jugadores extraordinarios en todos los puestos. Es un Europeo en el que todo irá muy ajustado. Hay una tremenda igualdad y todo va a resolverse por muy pocos goles. Será muy difícil estar en las semifinales.

P. Tras un año en la selección, ¿qué añora de su etapa como entrenador de club?

R. Que no tienes tiempo, que debes adaptarte rápidamente a los jugadores que crees mejores y que debes basarte en su trabajo en sus clubes respectivos. Francia es sólida porque llevan casi seis años con Claude Onesta [el seleccionador] trabajando juntos. Y mire donde están.