El Zaragoza no tiene remedio
Los blanquillos empatan con el Xerez, colista y en inferioridad numérica
Ni a las canicas gana el Zaragoza, que no pudo despachar al Xerez, colista y con diez por obra y gracia del árbitro, que se inventó una tarjeta roja de aúpa. Las tablas finales, como mal menor.
Deteriorado por el trajín de directivos, técnicos y poco fútbol de las últimas fechas, el Zaragoza se ha remozado abundantemente en invierno. Y, como le apremian las urgencias, todos salieron de inicio: Jarosik se desenvolvió sin apuros, poco exigido ante la simplona arremetida adversaria; Eliseu se desató las piernas y enseñó una velocidad punta atenazadora que hace presagiar un Zaragoza con cohetes por las bandas si Pennant decide perseguir la pelota y no fantasmas, y Chupete Suazo, que tiene un pecho desorbitado y quizá algún kilo de más, aportó alternativas sugerentes. Se mueve con criterio, baja balones con facilidad y combina con precisión. Pero tiene la cadera oxidada para buscar el marco rival. Una carencia a resolver, escaso como anda el Zaragoza de puntería. Lo celebró el Xerez, equipo destemplado que sólo asustó una vez a Carrizo con un testarazo desviado de Bermejo.
ZARAGOZA 0 - XEREZ 0
Zaragoza: Carrizo; Diogo, Pulido, Jarosik, Paredes (Babic, m. 76); Ponzio, Ander, Jorge López; Eliseu, Suazo (Pennant, m. 64) y Lafita (Arizmendi, m. 64). No utilizados: López Vallejo; Goni, Pavón y Gabi.
Xerez: Renan; Redondo, Moreno, Gioda, Mendoza; Víctor Sánchez, Bergantinos; Calvo (Orellana, m. 73), Abel Gómez, Momo (Armenteros, m. 63); y Bermejo (Míchel, m. 88). No utilizados: Chema; Keita, Viqueira y Antoñito.
Árbitro: Mateu Lahoz. Mostró la cartulina amarilla a Bergantiños, Redondo, Armenteros y Ander. la roja directa, a Víctor Sánchez (m. 54)
24.000 espectadores en La Romareda.
Suficiente tiene el Xerez con lo suyo, inmerso en un proceso concursal, en una operación de compraventa y con Poyatos como técnico provisional. El árbitro, sin embargo, entendió un juego peligroso de Víctor Sánchez como una agresión y reventó el plan azulino, el de abrigar la defensa y considerar el ataque como algo homérico. Llegaron entonces los disparos de Ponzio, Suazo y Ander. Menos afinados que el libre directo de Eliseu, que estampó el balón en un poste. Pero el Xerez soportó el arreón, se encasquilló de nuevo el Zaragoza -tiros de Ponzio, Ander, Jarosik y uno último a puerta vacía de Jorge López- y los dos equipos fumaron la pipa de la paz.
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