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Barbate no quiere reparar el puente contra la droga

Las balsas instaladas hace nueve años por el Partido Popular llevan varios meses estropeadas

"Este ya no es el puente de la droga. Ahora hay la misma droga que en cualquier otro sitio". El que habla es Rafael Quirós, alcalde de Barbate (Cádiz), del PSOE. Lo hace desde la preocupación que le supone estar al mando de un ayuntamiento con graves problemas económicos. Y desde la indignación que le produce tener que afrontar el pago de la avería de ese puente, un conjunto de 13 balsas flotantes en el río que atraviesa la localidad. Fue creado hace nueve años para frenar la entrada de hachís a la ciudad. Pero lleva estropeado varios meses sin que el Consistorio, al que le corresponde el mantenimiento de la infraestructura, tenga intención de afrontar este nuevo pago. "El que lo inventó, que lo arregle", sentencia el alcalde.

"El sistema de vigilancia es suficiente. Y si no lo es, que lo digan"

El puente fue creado en 2001, bajo el mandato del PP en el Gobierno central y en el Ayuntamiento. Entonces Barbate era continuo centro de atención por el abultado negocio de la droga, ostensible en la vida diaria del municipio y contra el que las administraciones decidieron actuar con un incremento de las fuerzas de seguridad, entre ellos agentes especializados, y la instalación de sistemas fijos como este puente, un conjunto de balsas flotantes unidas, que abrían y cerraban bajo supervisión policial y que blindó el río de la entrada de las habituales lanchas que desembarcaban la droga y luego huían mar adentro.

El paso del tiempo ha terminado por hacer mella en estas medidas. La avería fue conocida después de un alijo frustrado en Barbate. El cadáver de un hombre, de origen marroquí, fue hallado por agentes de la Policía local junto a una embarcación y un cargamento de 1.500 kilos de hachís. Todo parece indicar que la operación fue abortada tras naufragar la embarcación por el temporal. Entonces se conoció que las balsas del puente ni abrían ni cerraban. Llevaban estropeadas varios meses.

El Ayuntamiento era consciente de la avería. Las balsas fueron construidas por la Demarcación de Costas, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, pero es el Consistorio el que debe velar por su estado y por su mantenimiento. Así consta en el convenio firmado el 16 de noviembre de 2001. El artículo 1.6 es el que establece el compromiso municipal. "El Ayuntamiento se compromete a su conservación y mantenimiento una vez acaben las obras", reza el texto.

Pero solventar la avería y estar al tanto del puente le cuesta al Ayuntamiento una partida de 3.000 euros, con la que no cuenta ahora mismo. De hecho, el alcalde busca mensualmente fórmulas para poder pagar las nóminas de todos los trabajadores que conforman la plantilla local. Rafael Quirós no asume la inversión ni tampoco su necesidad.

"Yo prefiero pagar a mis funcionarios antes que ese puente". La actual situación le ha llevado incluso a dudar de su eficacia. "No creo que sea el lugar idóneo. Que lo echen más para delante o más para detrás pero ahora ofrece una imagen tercermundista. Cualquier barco que venga de veraneo desde Zahara se lo encuentra y la imagen es muy negativa", reprocha el alcalde. "Aquí la droga se acabó. Y además el SIVE (el Sistema Integral de Vigilancia Exterior) es suficiente. Si no lo es, que lo digan", añade indignado. El río es vigilado ahora por patrullas de la Guardia Civil. Su principal tarea en esta zona sigue siendo atajar el narcotráfico.

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