"Hablo de sentimientos pero sin sentimentalismos"
El dramaturgo y coreógrafo alemán, colaborador de Pina Bausch durante años, ha conseguido superar su físico para convertirse en una referencia ineludible en el mundo de la danza. "Mi espalda es como una colina"
Con una edad indeterminada que ronda o pasa de los cincuenta, Raimund Hoghe nació en Wuppertal (Alemania) y dio por comenzada su carrera profesional escribiendo retratos literarios en el semanario Die Zeit. A partir de 1980, trabajó diez años junto a Pina Bausch como su dramaturgo e intimó con la gran coreógrafa de Solingen; de aquella colaboración surgieron dos libros. En 1992 encuentra a Luca Giacomo Schulte y lo convierte en su sombra estética, su colaborador personal hasta hoy. El filme de 1997 Der Buckel, un descarnado autorretrato, conmociona en la televisión pública alemana, donde aparece crudamente con su físico deforme acusado por una pronunciada jiba. Hoghe ya es una personalidad ineludible, controvertida, chocante y que genera literatura crítica a la vez que le reclaman teatros y festivales. En realidad, todo había comenzado en la Ópera de Düsseldorf, cuando en 1989 dirige a Mark Sieczkarek en el solo Forbidden fruit. Y aún hay dos experiencias más tras las bambalinas antes de lanzarse él mismo a las tablas: en 1990 dirige a Ricardo Bittencourt en Vento y en 1994 al también brasileño Rodolpho Leoni en Verdi prati. El solo Meinwärts (1994) se considera su primer abordaje de la escena y ya no parará, con piezas enigmáticas que no dejan indiferente a nadie. Lúcido, directo, concentrado en su acción escénica, el artista ha estado en Murcia con su obra Swan Lake, 4 acts y ha participado en el Seminario Internacional de Nuevas Dramaturgias del Centro Párraga.
PREGUNTA. The Rite of Spring (2003) es un ritual de iniciación entre dos hombres, y habla de sexo. ¿Usa el teatro como emancipación?
RESPUESTA. No. En mi versión de The Rite of Spring somos dos hombres como parte de un ritual. Tenemos dos cuerpos diferentes, edades distintas, diferente orientación sexual y distinta nacionalidad, pero podemos comunicarnos. Y éste es un punto importante para mí y mi trabajo: demostrar que gente de background muy disímil puede comunicarse a muchos niveles y el amor es uno de ellos. The Rite of Spring es también una pieza sobre el despertar de la sexualidad.
P. ¿Qué le unía a Pina Bausch? ¿En qué consistía su trabajo allí?
R. En un principio yo escribía sobre Pina y su trabajo, y más tarde me convertí en su dramaturgo durante diez años. Fui el primer dramaturgo con el que ella trabajaba y para mí también esta colaboración fue algo nuevo. Como dramaturgo asistía a los ensayos, brindaba algunas materias como música, imágenes o textos, y finalmente trabajaba con ella en la estructura de la pieza. Los dos buscábamos lo mismo así que no necesitábamos hablar mucho sobre nuestros sentimientos e ideas.
P. ¿Qué lo lanza al escenario en 1994 con el solo Meinwärts?
R. Ya lo estaba durante mi etapa de aprendizaje, pero en papeles muy secundarios de piezas de teatro clásico. Por ejemplo, como un sastre jorobado. Pero después de terminar de estudiar no actué nunca más. Ya trabajaba como escritor y había publicado algunos libros. También había hecho algunas lecturas públicas de mis libros y esto ya era una especie de performance. No fue de un día para otro el salto a los escenarios, sino que vino gradualmente. La razón para crear una pieza de solo para mí mismo fue el deseo de hablar sobre la historia alemana, sobre la gente que había muerto a consecuencia del sida durante los años ochenta y noventa, y sobre mi cuerpo -y esto sólo lo podía hacer yo-. En este contexto la frase de Pier Paolo Pasolini "arrojar el cuerpo a la lucha" fue muy importante y provechosa para mí.
P. Junto a Chambre separée (1997) y Another dream (2000) se forma una trilogía monologar. ¿Se inspira en su propio avatar cotidiano?
R. En las tres piezas de la trilogía yo conecto mi historia personal con la historia de Alemania y el tiempo en que vivo. Rememoro el pasado porque quiero que aprendamos del pasado para el futuro.
P. ¿Está usted conforme con su cuerpo? ¿Ha encontrado compensación moral en el teatro?
R. Yo puedo aceptar mi cuerpo, y soy consciente de la diferencia entre la vida real y la interpretada sobre el escenario. Exponer mi cuerpo en escena no significa que eso sea más fácil que haber enseñado mi cuerpo en una piscina en el pasado. No hay ninguna compensación: simplemente tienes que aceptarte a ti mismo.
P. ¿Por qué los coreógrafos alemanes recurren a la ironía y la distancia como arma escénica en la danza-teatro?
R. Ignoro por qué algunos alemanes son así. En mi trabajo no hay ironía, algunas veces hay humor, pero no ironía. Yo no hago bromas en escena. Cuando hay algo gracioso en mis piezas lo abordo seriamente, como Buster Keaton, el hombre que nunca sonrió en sus películas cómicas. Trabajo con emociones y hablo de sentimientos humanos, pero no quiero hacerlo de una manera sentimental, de modo que necesito un elemento de distancia como un gran escenario vacío, por ejemplo. Y necesito distanciarme de mí mismo.
P. Hable del eje estético de su Lago de los cisnes.
R. Swan Lake, 4 acts tiene, como la pieza matriz, cuatro actos que siguen la historia original, pero sin un gran elenco ni un cuerpo de baile. Conmigo hay solamente otros cuatro bailarines más sobre el escenario y juntos recordamos la historia y los movimientos de esta pieza clásica, y escuchamos la música, que está llena de deseos y emociones. Swan Lake es una pieza sobre el amor, y nosotros contamos esta historia: todo se refiere al amor.
P. ¿Pasolini en su poética personal le ha influenciado?
R. Soy un gran admirador del legado de Pasolini, su cine, sus libros, sus dibujos y pinturas, y la manera en que él fue arrojando su cuerpo a la lucha. No establecía límites entre vida y obra.
P. ¿Se considera un artista político? ¿Todo arte es (debe ser) político?
R. No vivo en una isla, de modo que no puedo separarme de la sociedad y la vida que hay a mi alrededor. Creo que esto se refleja en mi trabajo.
P. Es responsable intelectual de su propio diseño, ¿lucha con su imagen?
R. Cada cuerpo es una especie de paisaje. Mi espalda es como una colina y usted puede decir "las colinas son horribles". A algunas personas les encanta el mar, a otras las montañas. Es lo mismo con los cuerpos y la belleza, cada cual tiene su propia visión de la belleza. Como ya he dicho: uno tiene que aceptar la diferencia.
P. La crítica le clasifica como "minimalista" y "abstracto". ¿Usted se ve así?
R. Para mí todo está basado en la realidad y yo sólo hago lo que tengo que hacer. Y lo hago de forma artística. Esto significa que seguramente hay más de una copia de la realidad, de forma que yo tengo que concentrar esa realidad, y lo hago a mi manera.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.