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Reportaje:

Petróleo para invertir

Ecuador se sube al carro de la recuperación económica gracias al gasto que le permite su sector petrolero

La economía ecuatoriana ha mantenido el tipo durante esta crisis. En 2009 registró una caída del 0,4% en su PIB, sobre un retroceso del 1,8% de media que experimentó Latinoamérica en este mismo periodo. El dato, adelantado hace unas semanas por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), es relevante si consideramos la larga historia de derrumbes financieros de un país abonado a ser la cenicienta económica de Suramérica y que sólo hace diez años veía cómo su sistema financiero se colapsaba.

Las mismas previsiones de la CEPAL indican que Ecuador crecerá un 3% en 2010, un dato que rebaja a la mitad las optimistas previsiones del Ejecutivo de Rafael Correa que sitúan esta alza en un 6,8%. La clave de esta renovada estabilidad se encuentra en la inyección de inversión pública que el Gobierno ha inoculado en la economía. Con ello se ha combatido el retroceso en los precios internacionales del petróleo, la caída de la inversión extranjera y la reducción del consumo privado.

El Gobierno logra adelantos a cuenta de su producción futura de crudo

El principal afectado por la crisis ha sido el sector externo. El valor de las exportaciones petroleras -la principal industria ecuatoriana, con cerca del 60% de todas las exportaciones- se redujo un 46% debido a la contracción del volumen del 7% y del precio que cayó un 42%. La caída del precio internacional del crudo sumado a las restricciones y nuevos impuestos al sector han generado una caída del 15% en la producción privada. En 2009, la producción de petróleo será un 3,6% inferior al año anterior.

El cuadro económico también ha generado que la inversión extranjera directa (IED) sólo representase el 1,8% del PIB en 2008, una cifra que podría reducirse aún más en 2009. El consumo privado también se ha visto resentido por la crisis económica y por el desempleo que ha afectado a los inmigrantes ecuatorianos que viven en EE UU y en España. Esto ha generado la caída de un 12% en la llegada de remesas, una de las principales fuentes de liquidez de la población, cuyo 38,3% todavía se encuentra en situación de pobreza.

Frente a esto, el gasto del Gobierno de Correa ha venido por tres vías: el pago de una parte de su deuda externa, un plan de ayudas para inversión en infraestructuras y obras públicas y el aumento del poder adquisitivo de la población. En el segundo semestre de 2009, el Ejecutivo invirtió unos mil millones de dólares para recomprar el 91% de bonos equivalentes a buena parte de la deuda externa del país, "el mayor logro económico de 2009" en palabras de la ministra de Finanzas, María Elsa Viteri.

En octubre se anunció un plan por 2.555 millones de dólares para financiar viviendas sociales, obras públicas locales e infraestructuras en general. Paralelamente, el salario mínimo ha crecido desde los 218 a los 240 dólares, sobre una inflación estimada del 4% y de la productividad que ha crecido en niveles similares. El objetivo del Ejecutivo es llegar hasta los 320 dólares. Estos gastos se pagarán con los excedentes del petróleo, con préstamos internacionales y adelantos por venta de petróleo a países amigos. El Gobierno también espera aumentar la recaudación con la nueva reforma tributaria que, de aprobarse, gravará la importación de servicios, impondrá un monto mínimo a la renta de las sociedades y creará beneficios tributarios para el turismo.

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